Las tormentas caídas al paso de la depresión aislada en niveles altos (DANA) sobre España desde el pasado miércoles —con unos 41.000 rayos y lluvias torrenciales en diferentes zonas del país— dejaron zonas inundadas, daños en viviendas, industrias y zonas agrarias, cortes en servicios de electricidad y transporte, con pérdidas millonarias que ya se empiezan a evaluar.

Castilla-La Mancha es una de las comunidades más afectadas y, especialmente la provincia de Toledo, donde la Guardia Civil rescató a 37 personas. En la localidad de Guadamur, las lluvias torrenciales arrastraron coches e inmobiliario a su paso mientras que ayer las lluvias dieron un respiro en Cuenca, donde se movilizaron máquinas quitanieves para retirar el fango y el lodo.

Las lluvias torrenciales caídas en la Comunidad Valenciana obligaron a llevar a cabo durante la noche del miércoles numerosos rescates de vehículos atrapados en el agua y achiques, y además, en el caso de ciudades como Valencia, causó daños en unas fallas que estaban en plena plantà. Además, el servicio de trenes está suspendido entre Vinaròs (Castellón) y Tarragona, si bien se restableció la circulación en todas las carreteras valencianas y el fluido eléctrico en toda la red tras los cortes del día anterior.

Por su parte, los 95 litros por metro cuadrado recogidos en el observatorio de Daroca (Zaragoza) convirtió el miércoles en el día más lluvioso de este siglo y también fue la jornada con más lluvia desde que hay registros en Tudela (Navarra)

En Cataluña, donde el miércoles cayeron en tres horas 252 litros por metro cuadrado sobre Alcanar (Tarragona) —más de la mitad de las precipitaciones de un año que son 490 l/m2—el Govern valora declarar zona catastrófica a los municipios afectados, según anunció en la mañana de ayer el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

Aunque hoy continuará la inestabilidad en el cuadrante nordeste peninsular con chubascos tormentosos y granizo, se prevé que la situación vuelva poco a poco a la normalidad.