La pandemia del coronavirus es tan excepcional que para encontrar paralelismos sobre su impacto demográfico hay que remontarse a la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, no había habido en el mundo desarrollado una caída tan pronunciada en la esperanza de vida como la ocurrida el año pasado, según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Oxford y publicado este lunes en la revista académica ‘International Journal of Epidemiology’.

El trabajo, que analiza las cifras oficiales de muertes en 29 países (casi toda Europa, EEUU y Chile, por ser los que tienen datos más fiables y actualizados), concluye que en 27 de estos territorios se revirtió la tendencia experimentada por todos ellos en los años previos a la llegada del coronavirus, que ya ha provocado al menos cinco millones de muertes en todo el mundo. En 22 países, entre ellos España, uno de los más afectados, la caída en la esperanza de vida entre 2019 y 2020 fue de más de seis meses. 

José Manuel Aburto, investigador de la Universidad de Oxford y coautor del estudio, se confiesa “sorprendido” ante un descenso de esta magnitud. “Claro que tras un año de pandemia se esperaba que la esperanza de vida fuese a disminuir –explica por teléfono-. Lo que no esperábamos son tres resultados que muestra nuestro trabajo. El primero es observar caídas tan grandes, como por ejemplo las de EEUU. El segundo es la variación y heterogeneidad del impacto que hay entre países. Tienes países muy intensamente afectados, como EEUU y España, y luego tienes los países escandinavos, con excepción de Suecia, en los que apenas hubo descensos en la esperanza de vida. Y el tercer resultado es que las caídas fueron mucho mayores en los hombres”. 

La esperanza de vida de ellos se acortó más de un año en 15 países, refleja el estudio. Las de ellas, en 11 países. Según los expertos en salud pública, el contraste tiene que ver con la biología y la genética, porque las mujeres son más longevas, pero también con las conductas de ambos sexos. Contraen el covid de forma similar, pero la enfermedad de los hombres suele ser más severa a corto plazo, mientras que entre las mujeres tiende a haber más casos de covid persistente. Al mismo tiempo, ellos tardan más en buscar asistencia médica y cumplen con menor frecuencia las recomendaciones frente al virus.

Cifras de un siglo atrás

A mediados de junio, los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejaron que había que remontarse en España hasta 1920, al final de la epidemia de la conocida como gripe española, para encontrar una cifra de muertes superior a la de 2020. En la primera fecha, fallecieron 494.540 personas. El pasado año, 492.930. La población española era hace un siglo mucho menor que la de ahora: 21.388.551 habitantes frente a 47.329.981. Es un factor a tener en cuenta. Pero ni siquiera en el año más cruento de la Guerra Civil, 1938, las cifras de muertes superaron a las del año pasado.

En el estudio de la Universidad de Oxford publicado este lunes, España está en cabeza en longevidad entre los países analizados, y el país queda en mejor lugar que por ejemplo EEUU, que sufrió caídas en la esperanza de vida de los hombres de más de dos años. Pero el descenso es muy pronunciado. De hecho, España es el quinto país en el que este cálculo demográfico ha disminuido más, explica Aburto, con recortes respecto a 2019 de cerca de un año y medio en ambos sexos. La esperanza de vida de un ciudadano español era en 2015 de 79,93 años. En 2019, de 81,05. En 2020 se redujo hasta los 79,6. En el caso de una ciudadana española, la esperanza de vida se situaba en 2015 en 85,42 años. En 2019, en 86,50. En 2020 cayó hasta los 85.

Y a partir de aquí, resulta difícil saber lo que puede ocurrir en este campo. Primero, por la propia naturaleza cambiante del covid. Y después, porque esta pandemia es distinta a las precedentes. “Históricamente, cuando un país sufría una caída sustancial de la esperanza de vida debido a una pandemia, solía recuperar los niveles anteriores en muy poco tiempo: en uno o dos años –concluye Aburto-. Pero las pandemias de antes afectaban muchísimo a la gente más joven. Con el covid ocurre lo contrario: afecta a los más mayores. Esto, junto a las campañas de vacunación, hace difícil anticipar si los países recuperarán a corto plazo su tendencia a seguir aumentando la esperanza de vida. Es posible que a medio plazo no se incremente tan rápido como antes de la pandemia”.