“Tenemos que aplicar la innovación en cirugía de forma segura, pero también hacerla sostenible”

¿Cómo afronta la cita de esta semana?

Con mucha ilusión y esperanza. Después de todo lo que hemos pasado por la pandemia de COVID, que en 2020 impidió celebrar esta reunión nacional de la AEC y que paralizó todos los proyectos que teníamos en marcha, este reencuentro con los compañeros de especialidad es una oportunidad a todos los niveles, tanto personal, como de equipo, para nuestro hospital e, incluso, para A Coruña en su conjunto, por el impacto que tiene para la ciudad recibir a 1.200 profesionales procedentes de toda España. Algo que no es habitual.

¿Cómo han logrado este récord de participación?

Aparte de haber diseñado un programa científico amplísimo y muy atractivo, hoy llevaremos a cabo varios cursos precongreso en el Centro Tecnológico de Formación (CTF). Será la primera vez que esto se haga fuera de Madrid, sede de esta reunión nacional de la AEC cada dos años, con la intención de que, a medio plazo, pueda desaparecer, también, ese centralismo bianual. Además, realizaremos entre seis y ocho talleres post-congreso, también en el CTF. El objetivo, en ambos casos, es dar contenido, porque los participantes podrán practicar con simuladores y animales de experimentación, y afianzar la presencia de los compañeros en nuestra ciudad, tanto al inicio como al término de la reunión. Contar con el CTF es un plus para atraer a A Coruña este tipo de encuentros.

Ese centro inauguró la pasada semana nuevas instalaciones, precisamente de simulación, y también de impresión 3D. ¿Van a hacer uso de esos espacios?

Efectivamente, la nueva área de simulación del CTF será uno de los espacios donde se realizarán los talleres. Por un lado, vamos a ocupar esas nuevas instalaciones y, por otro, parte del quirófano experimental. La formación práctica de la reunión va a pivotar sobre tres ejes.

¿Cuáles?

En primer lugar, la cirugía robótica. Estamos muy contentos porque, por primera vez en España, contaremos con tres robots trabajando simultáneamente. De hecho, se va a realizar la presentación oficial de dos de ellos en nuestro país. El segundo eje de la reunión será la cirugía laparoscópica, de mínima invasión, otro de los estándares en la especialidad de cirugía general y digestiva. Y también se llevarán a cabo otros talleres, como los de hemostáticos, los de técnica quirúrgica propia y los de simulación. El lema de la reunión es Innovación, seguridad y sostenibilidad, y ese será su hilo conductor.

La innovación se abre paso en los quirófanos. ¿Cómo están viviendo, los cirujanos, esa ‘revolución tecnológica’?

La innovación gana fuerza, sin duda, en el mundo quirúrgico. Cada vez hay más empresas, una mayor variedad, y los profesionales sanitarios tenemos que saber cómo aplicar de forma segura esa innovación, pero también hacerla sostenible. No se trata de incorporar nuevas técnicas o tecnologías por el simple hecho de que llegan o porque nos parezca que son mejores. A la vez hay que hacerlo de forma que el sistema lo pueda asumir. Que resulte, por así decirlo, coste-efectivo.

¿Es posible?

Por supuesto. A veces la innovación pasa por un incremento de costes, pero si eso se traslada al beneficio que supone para la salud del paciente, en un sistema que sea sostenible, todo tiene sentido. Y es tarea de los profesionales sanitarios saber trasladar este mensaje a nuestros gestores. Si únicamente nos dedicamos a pedir lo último que llega, no lo estaremos haciendo bien.

Los cirujanos jóvenes y residentes (MIR) tienen un peso importante en esta reunión, de hecho, han organizado cuatro coloquios y también se impartirán “cursos de robótica para millennials”. ¿Cómo es esto?

[Risas] Siempre tratamos de hacer guiños al Grupo Joven de la AEC, y también a los residentes, para que sean muy participativos en este tipo de encuentros. Nuestra asociación evoluciona desde hace un lustro hacia un mayor liderazgo de los jóvenes, porque además tiene que ser así. A veces las sociedades científicas pecan de reservar el liderazgo, exclusivamente, a los profesionales de mayor edad o con más años de oficio. Y claro que la experiencia es un grado que tenemos que aprovechar, pero la juventud también lo es, y no se puede desperdiciar. Dar esa representación a los compañeros más jóvenes, que además suelen ser los más innovadores y los que tienen más ímpetu, ganas y capacidad de trabajo, es otro plus.

En este tipo de encuentros, aparte de compartir experiencias y afianzar conocimientos, se suelen abordar, también, los retos futuros. ¿Cuáles son los de su especialidad?

Uno de los grandes retos de la cirugía general y digestiva es, como ya comenté, aplicar bien la innovación y hacerlo de forma segura y sostenible, de ahí el lema de la reunión. Otro desafío, también importantísimo, es la formación. Las facultades de Medicina envejecen a nivel formador. No tenemos un acceso correcto de los jóvenes a esas plazas, a veces por falta de interés, porque no sabemos estimularlos.

¿Algo más?

En nuestra especialidad, como en la medicina en general, se está dando también mucho valor al humanismo. Los cirujanos tenemos que ser especialistas formados a nivel global, volcados en los pacientes de forma íntegra, más allá de la operación quirúrgica, que es una actuación puntual. El cirujano académico, y el humanista, son dos perfiles que tenemos que seguir potenciando en las próximas décadas.

¿Y a nivel local? ¿Cuáles son los principales desafíos del servicio hospitalario que usted dirige?

Aparte de los ya mencionados, esperamos que este gran encuentro científico, con récord de participación, sirva para dar una mayor visibilidad, tanto a nuestro hospital como a la ciudad de A Coruña, y que nos otorgue un reconocimiento todavía mayor del que ya tenemos. Este es nuestro reto más inmediato, y también nuestra oportunidad.