El próximo domingo 27 de marzo los españoles tendrán que adelantar los relojes. Así, a las 2.00 horas de la madrugada (hora peninsular) se adelantará el reloj hasta las 3.00 horas. Ese día, por tanto, tendrá oficialmente una hora menos.

España volverá así al horario oficial de verano, con la eterna polémica acerca de los beneficios reales de este ajuste, que se produce dos veces al año. En los últimos años, diversos expertos en la materia han defendido la necesidad de fijar una hora y mantenerla todo el año ya que diferenciar entre horario de invierno y de verano podría tener sentido hasta hace cuarenta o cincuenta años, pero no tanto ahora cuando, a raíz del último cambio horario, no hay forma de comprobar si se ahorra o no energía ya que no existen estimaciones de forma bien estudiada en los últimos años al respecto.

En España la hora de verano se adoptó por primera vez en 1918 por razones económicas y políticas, de acuerdo con un artículo publicado por el doctor en Física Pere Planesas en el Anuario del Observatorio Astronómico de Madrid, a raíz de la escasez de carbón provocada por la Primera Guerra Mundial y para armonizar el horario con el de los países vecinos.

En la primera mitad del siglo XX, la hora oficial se aplicó de manera discontinua y con escasa consistencia en las fechas, primero a consecuencia de la guerra civil de 1936-39 y, luego, de la Segunda Guerra Mundial, pero tras la crisis petrolífera de los años 70 el horario de verano fue reinstaurado en muchos países europeos -España lo hizo a partir de 1974- y desde 1980 depende de las directivas europeas.

Horas de luz

Lo que sí está comprobado es que la variación de horas de luz que recibe el cuerpo humano afecta a su organismo y aunque nos adaptamos rápidamente a un cambio de este tipo, cuando se fuerza por razones ajenas a la biología se produce una desregulación de los niveles hormonales que implica entre otras cosas un descenso de la melatonina u hormona del sueño, lo que afecta tanto al descanso como al rendimiento de la persona.

Nuevo ciclo solar

La actividad del Sol se caracteriza por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias, y en la Tierra se aprecia en alteraciones en la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares.

Esta actividad sigue un periodo de aproximadamente 11 años, y está asociada al ciclo magnético del Sol. Actualmente, la Tierra se encuentra en el ciclo solar número 24 que comenzó en diciembre de 2008 y alcanzó su máximo en abril de 2014.