Entrevista | Marina Blanco Aparicio Neumóloga del Chuac, acaba de ser incluida en la lista de mejores profesionales de la Medicina de España de la revista 'Forbes'

“Los fármacos biológicos han revolucionado el tratamiento del asma grave”

“Los asmáticos graves, peor controlados y con otras comorbilidades tienen mayor prevalencia de ansiedad y depresión que los afectados por otras dolencias crónicas, como las cardiovasculares”

La doctora Marina Blanco Aparicio, ayer, en el Hospital Universitario de A Coruña (Chuac).  | // VÍCTOR ECHAVE

La doctora Marina Blanco Aparicio, ayer, en el Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). | // VÍCTOR ECHAVE / María de la Huerta

“Soy una apasionada de todo y de nada en concreto. De cada momento y cada cosa, y de lo que toque”, resume la neumóloga Marina Blanco Aparicio, responsable de la Unidad especializada de asma de alta complejidad del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) y representante del Foro Autonómico de asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), tras ser incluida por Forbes en el listado de los 100 mejores profesionales de la Medicina en España. Un reconocimiento que ya recibió en 2018, y aunque “el impacto, el desconcierto y la mezcla de sensaciones” que vivió en aquella ocasión fueron mayores debido al “componente de sorpresa”, lo asume con “alegría” y extraordinaria humildad. “Soy muy consciente de que en esa lista figuran otros compañeros con muchos más méritos para estar ahí, ese punto de vista no lo pierdo, pero estoy contenta”, señala.

Destaca 'Forbes' de usted su labor asistencial, pero sobre todo sus investigaciones sobre las enfermedades respiratorias: es autora de más de una treintena de trabajos y supera las 200 comunicaciones científicas presentadas en congresos nacionales e internacionales.

La investigación va muy ligada a mi participación en las sociedades científicas —la Sociedade Galega de Patoloxía Respiratoria (Sogapar) y la Separ, a nivel nacional—, donde siempre he sido muy activa, desde mis inicios en la profesión. En la Separ he desempeñado el papel de secretaria, tesorera, coordinadora nacional del Área de Asma... y ahora soy la representante del Foro Autonómico de esta patología. Es una sociedad científica que destina mucho dinero a proyectos de investigación, la mayoría multicéntricos (con la participación de muchos hospitales), y yo estoy implicada, sobre todo, en los de asma, fibrosis quística y bronquiectasias, hacia donde tengo también más enfocada mi actividad asistencial.

¿Qué clase de proyectos?

Ahora estamos intentando llevar adelante un estudio epidemiológico del asma en España, para conocer la prevalencia real de esta dolencia. De hecho, hemos diseñado ya el protocolo sobre cómo tendría que hacerse. En los últimos años, además, he tenido la enorme suerte de participar en la elaboración de la Guía española para el manejo del asma (Gema), muy consultada tanto dentro como fuera de nuestro país, y que todos los años se actualiza; soy una de las autoras de la normativa española sobre bronquiectasias; y también he colaborado en la Guía española de pólipos nasales (Polina), que se publicará próximamente. Un trabajo muy interesante, porque ahora tenemos una visión del asma de vía única, debido a que muchos pacientes que sufren esta patología presentan también afectación a nivel nasal: rinitis, pólipos, etc.

¿En qué consiste una Unidad especializada de asma de alta complejidad? Usted está al frente de la del Chuac. ¿A qué pacientes ven en sus consultas?

Las unidades especializadas de asma han surgido, sobre todo, a raíz de la aparición, en últimos años, de una serie de fármacos biológicos que actúan sobre unas moléculas concretas que están alteradas en algún tipo de asmáticos porque, a día de hoy, no cubren todo el espectro de afectados por esta patología. Este grupo de medicamentos van directamente a esas moléculas para neutralizarlas, y así se rompe un poco la cascada inflamatoria que subyace debajo de la enfermedad asmática.

¿Qué asmáticos, en concreto, se pueden beneficiar de estos tratamientos biológicos?

Afortunadamente, la inmensa mayoría de pacientes asmáticos no son graves o se controlan muy bien con inhaladores, por tanto, no requieren pasar por una unidad especializada de alta complejidad como la nuestra. Algo que, además, sería inabordable, dado que en todas las consultas de Neumología del Chuac vemos, cada año, a unos 5.000 asmáticos. Los tratamientos biológicos se destinan a un subgrupo de pacientes graves, que están con dosis máximas de los fármacos inhalados y que requieren un abordaje diagnóstico más preciso porque muchos tienen comorbilidades. Es decir, padecen otras enfermedades que influyen en el mal control del asma y que requieren de la intervención de profesionales de otras especialidades médicas.

¿Por ejemplo?

El otorrino, cuando presentan patología también a nivel nasosinusal; el especialista de aparato digestivo, si tienen reflujo.... En ocasiones, hay que hacerles un estudio del sueño porque sufren apnea, y también son muy frecuentes las alteraciones psicológicas en estos asmáticos. Está muy demostrado, de hecho, que tienen una prevalencia mayor de ansiedad y depresión que la población general, e incluso que los afectados por otras enfermedades crónicas, como las cardiovasculares. Este subgrupo de pacientes más graves, peor controlados y con más comorbilidades fueron la razón de ser de las unidades especializadas de alta complejidad, que permiten hacer un abordaje multidisciplinar y donde se les estudia muy bien para determinar si son candidatos a recibir los fármacos biológicos que, sin duda, han revolucionado el tratamiento del asma.

No son los asmáticos más numerosos, pero requieren un volumen mayor de recursos sanitarios.

Así es. Un solo paciente de este subgrupo de asmáticos consume más recursos sanitarios que medio millar de los otros.

Antes de que existiesen los fármacos biológicos, ¿cómo se abordaban estos casos?

Cuando no había tratamientos biológicos, prácticamente todos los asmáticos de este subgrupo acababan tomando corticoides de forma crónica, mantenida en el tiempo. Los corticoides se utilizan en muchas enfermedades y, cuando no existe otra opción terapéutica, bienvenidos sean. No obstante, si hay alternativa, quedan reservados como última opción terapéutica, a la mínima dosis y durante el menor tiempo posible, porque sabemos que producen muchos efectos secundarios cuando se toman a largo plazo. Con la irrupción de los medicamentos biológicos, se pudo retirar los corticoides a muchos asmáticos que llevaban años tomándolos. Pacientes que ingresaban mucho en el hospital, que acudían con frecuencia a los servicios de urgencias y que han visto como, gracias a estos tratamientos, se ha roto ese círculo vicioso en el que estaban metidos.

¿Cuántos medicamentos de este tipo hay en la actualidad?

Hace casi 20 años que apareció el primer fármaco monoclonal, y ahora ya hay seis autorizados para el tratamiento del asma, y muchos otros en desarrollo. Cada vez se va conociendo más acerca de la fisiopatología de esta enfermedad respiratoria, se va dando con las teclas que están alteradas en los afectados, y parece que su manejo futuro va a ir dirigido a actuar sobre esas teclas de forma más personalizada.

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La neumóloga Marina Blanco Aparicio, natural de Mesía y licenciada en Medicina por la Universidade de Santiago (USC), no es la única gallega en el listado de los 100 mejores profesionales de la Medicina en España elaborado por la prestigiosa revista Forbes. En ese ranking figura otra facultativa del Servizo Galego de Saúde (Sergas),Carmen Vidal Pan, jefa del Servicio de Alergias del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). La doctora Vidal Pan ya fue reconocida, el año pasado, por la labor puntera de investigación de su equipo en materia de alergología. Desde Forbes destacan que la unidad que lidera descubrió en 2020 que “la vacuna de la avispa común podría funcionar también contra la peligrosa avispa asiática Vespa velutina”.

También figura en la lista Manuela Camino López, facultativa gallega que ejerce, desde el año 2001, en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. La doctora Camino López, licenciada en Medicina por la USC, es la jefa de la Unidad de Trasplante Cardíaco Infantil en el centro madrileño. Formó parte del equipo que realizó el primer trasplante del mundo de un corazón infantil en parada. Como ella, repite participación en el ranking, entre otros gallegos, Eduardo López Bran, licenciado en Medicina y Cirugía por la USC, que ejerce en el Hospital Clínico San Carlos desde 2003. Es experto en trasplante capilar y fundador de la clínica de estética Imema.

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