La defensa de Ana Sandamil alega un “cuadro psicótico con clínica delirante”

Durante la repetición del juicio, el letrado afirma que la mujer no mató deliberadamente a su hija de 7 años | “Pensé que se había caído de la cama, intenté reanimarla”, declara la mujer

Ana Sandamil, ayer, durante la primera jornada del nuevo juicio. |   // ELISEO TRIGO

Ana Sandamil, ayer, durante la primera jornada del nuevo juicio. | // ELISEO TRIGO / REDACCIÓN

REDACCIÓN

El abogado que ejerce la defensa de Ana Sandamil, en el juicio por el asesinato de su hija, Desirée Leal, de siete años, el 3 de mayo de 2019 en Muimenta (Cospeito, Lugo), alegó ayer que la mujer padecía un “cuadro psicótico con clínica delirante”. Fue en el transcurso de la vista oral en el juicio repetido en la Audiencia Provincial de Lugo por orden del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. En noviembre del pasado año, el TSXG anuló la sentencia y ordenó la repetición al carecer de motivación la imputabilidad de la acusada, que había sido condenada a prisión permanente revisable tras el veredicto de un jurado popular.

Durante su primera intervención en el juicio, el abogado defensor de Ana Sandamil afirmó que su clienta se encontraba bajo los efectos de “un cuadro psicótico con clínica delirante”, un “trastorno de la personalidad” que afecta a “la capacidad de comprender, a la formación de la voluntad y, sobre todo, a la forma de comportarse”. “El psicótico”, recordó el abogado, vive “en un mundo diferente, que no existe en la realidad”, de modo que puede hacer “cosas sin sentido”.

Dirigiéndose al jurado popular, recordó que “lo importante” de esta vista es, precisamente, decidir sobre “el estado mental de la acusada”. Por ello, les pidió a sus miembros que partan “de cero” en esta vista oral. “No puede haber ningún tipo de prejuicios. Solo pruebas”, apostilló.

Ana Sandamil, por su parte, declaró que se encontró a la niña en el suelo cuando fue a verla, después de desayunar, y pensó que “se había caído de la cama”. Añadió que le tomó el pulso y, al ver que no tenía, intentó reanimarla, para lo cual le apretó el pecho, le abrió la boca e intentó insuflarle aire.

La acusada afirmó que quiso suicidarse cuando su madre llamó a su tío y le contó que ella “le había hecho algo a la niña”. Según su testimonio, se tomó una tableta entera de Trazodona, un medicamento que tomaba normalmente para poder “dormir”, pero su madre la “obligó a vomitar”.

En cuanto a los restos de esa medicación hallados en la niña, y que la acusación atribuye a un intento de la madre por adormecer a la niña para perpetrar el crimen, negó que ella le hubiese dado ningún sedante. Según su relato, “quizás” la niña podía haber tomado la medicación de su “botella”. También afirmó que no recuerda haber estado buscando información a través de Internet sobre un determinado tipo de raticida en jornadas previas al día de autos. En cuanto a su estado mental, dijo que en 2013 ya había sido diagnosticada de “depresión” y que, en el momento de los hechos, se “sentía muy angustiada” y “deseaba desaparecer de este mundo”. Añadió que no contó a los médicos que “oía voces” porque “tenía miedo a perder” la niña.

“Vienen a defender lo indefendible”, dice el padre

El padre de Desirée Leal, José Manuel, reconoció ayer que “es muy duro” para él y para su familiar “volver a revivir” el juicio por el asesinato de su hija. “Es muy duro tener que volver a revivir todo esto, es inhumano”, dijo José Manuel Leal a las puertas de la Audiencia Provincial de Lugo. “Su círculo cercano viene a hacer declaraciones llenas de mentiras. En el otro juicio así fue”, añadió el padre. Desde su punto de vista, “vienen a defender lo indefendible. Sigo sin entender cómo alguien viene a defender a una persona que cometió un acto tan terrible. Arrebatarle la vida a su propia hija, una niña llena de vida y de alegría, de siete añitos”. Mantiene la “esperanza” de que “el resultado sea el mismo” y la acusada, Ana Sandamil, sea condenada de nuevo a “prisión permanente revisable”. Así lo creen también tanto el abogado de la familia paterna, José Manuel Ferreiro, como de la acusación popular, Francisco Lago en representación de Fundación Amigos de Galicia, quienes, en declaraciones a los medios, incidieron en que los informes forenses y psiquiátricos volverán a evidenciar que los problemas psicológicos de Ana Sandamil no influyeron en su capacidad de raciocinio y su nivel de consciencia sobre lo que hacía.

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