Los expertos urgen a “desactivar la bomba del tiempo climática”: será más barato que sus efectos

El último gran informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas reclama acelerar la transición ecológica para “garantizar un futuro sostenible”

Chimeneas de una empresa 
de carbón, en Estados 
Unidos.    | // EFE

Chimeneas de una empresa de carbón, en Estados Unidos. | // EFE / valentina raffio

Valentina Raffio

La lucha contra la crisis climática (o, dicho de otra manera, la aplicación de medidas para descarbonizar la economía, reducir la contaminación y transicionar hacia las energías limpias) requerirá una inversión ingente de dinero pero, aun así, apostar por este camino saldrá más barato que hacer frente a las consecuencias de la crisis medioambiental desatada por nuestra especie. Este es el gran llamamiento que lanza el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas sobre el presente y el futuro de la crisis climática. “Si actuamos ahora, aún podemos garantizar un futuro sostenible y habitable para todos”, destaca Hoesung Lee, presidente de la institución.

La última gran entrega de los informes realizados por el mayor grupo de expertos del mundo sobre cambio climático incide, una vez más, en la amenaza que supone la crisis climática para la humanidad y en la necesidad de tomar acciones más contundentes para frenar el avance de esta crisis global. “Los planes de adaptación y mitigación frente al cambio climático han avanzado en los últimos años pero aun así siguen siendo insuficientes para hacer frente a esta crisis”, remarca el análisis publicado ayer. “Necesitamos cerrar la brecha entre lo que estamos haciendo y lo que necesitamos hacer para hacer frente al cambio climático”, añade el informe.

El panel de expertos que ha liderado este último análisis sostiene que “existe suficiente capital” para desplegar todas las medidas de adaptación y mitigación necesarias para luchar contra la crisis climática, pero que todavía falta “eliminar las barreras” y aumentar los esfuerzos para “redirigir los fondos hacia la acción climática”.

“Los beneficios asociados a la descarbonización de la economía global son tan o más grandes que el coste de la inacción y, por tanto, de los impactos climáticos”, afirma el investigador Pep Canadell, director ejecutivo del Global Carbon Project en declaraciones al Science Media Center (SMC) tras la publicación de este último informe.

Resiliencia climática

¿La receta para salvar el planeta? Los expertos apuntan al llamado desarrollo resiliente. Es decir, la idea de que, por un lado, urge frenar la emisión de gases de efecto invernadero y, por otro lado, aplicar medidas para adaptarse a los diferentes impactos del cambio climático. Esto incluye, por ejemplo, las medidas enfocadas a reducir el tráfico en las ciudades ya que, por un lado, lograrían reducir los niveles de polución atmosférica en las grandes ciudades y, por el otro, ayudarían a mejorar la salud de las personas.

En este sentido, los científicos recuerdan que sale más barato aplicar medidas para mejorar la calidad del aire que tener que lidiar con todas las enfermedades y los problemas de salud pública derivados de respirar un aire contaminado.

El diagnóstico de los expertos es claro. Si queremos salvar el planeta y sus habitantes ante un futuro de extremos climáticos urge aplicar “cambios transformadores” tanto a escala industrial (en sectores como la alimentación, la energía y el transporte) como a una escala más individual (con cambios de hábitos y de estilos de vida). Todo esto, en palabras del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, supone la “guía definitiva para desactivar la bomba del tiempo climática”. “Es una guía de supervivencia para la humanidad. Este informe es una llamada de atención para acelerar masivamente los esfuerzos climáticos de todos los países y todos los sectores”, sentenció el diplomático durante la presentación de este informe.

La hoja de ruta para esquivar la catástrofe climática sigue siendo la misma: el mundo debe reducir a la mitad sus emisiones para 2030. Solo así se conseguirá limitar el aumento global de las temperaturas por debajo de los 1,5 grados de media, el conocido ‘umbral’ de seguridad para todas las formas de vida que habitan en el planeta. “Cada décima de incremento de la temperatura provoca un rápido incremento de los peligros climáticos”, recuerda el informe.

Los pronósticos apuntan a que el avance de la crisis climática provocará olas de calor cada vez más intensas y frecuentes, más lluvias torrenciales e inundaciones y más fenómenos meteorológicos extremos en todas las regiones del mundo. Todo esto, a su vez, podría poner en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas y amenazar la supervivencia de las poblaciones más vulnerables del globo.

En estos momentos se estima que al menos la mitad de las formas de vida del planeta, desde los humanos hasta los animales, está en situación de “riesgo elevado” por el avance de la crisis climática. Los expertos sostienen que esto se debe al uso desbocado de los combustibles fósiles y al continuo aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Para revertir esta dinámica, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático apunta que disponemos de “múltiples herramientas factibles, efectivas y disponibles ahora” para frenar las emisiones y, a su vez, el avance de la crisis climática. Eso sí, hay que actuar ya.

Las claves del informe

  1. Reducción del 50% de las emisiones: Las emisiones globales deben alcanzar su pico antes de 2025 y caer prácticamente a la mitad antes de llegar a 2030.
  2. La temperatura subirá 3,2 grados: Si seguimos contaminando como hasta ahora, la temperatura global del planeta subirá cerca de 3,2 grados de media.  
  3. Los 30 últimos años, muy destructivos: La mitad de las emisiones generadas por nuestra especie se han producido en las tres últimas décadas. Hay que corregir el rumbo. 
  4. Los países más ricos, más contaminantes: El 10% más rico emite un 45% del total de gases de efectos invernadero, mientras que el 50% más pobre aporta el 15%.
  5. Las urbes, entre las grandes culpables: El aumento de emisiones de la última década se puede relacionar con la polución emitida en las ciudades, según los expertos. 
  6. Casi 3.600 millones de personas, en peligro: Cerca de 3.600 millones de personas viven en estos momentos en contextos altamente vulnerables a la crisis climática. 
  7. Las regiones pobres, las más perjudicadas: La mortalidad por inundaciones, sequías y tormentas extremas es quince veces mayor en regiones pobres que ricas. 
  8. El granero de Europa se vacía: Europa ha perdido un tercio de su producción agrícola por culpa de las sequías extremas ocurridas en los últimos 50 años. 
  9. Episodios de muerte masiva de animales: La crisis climática ya ha provocado la pérdida de cientos de especies locales y “episodios de mortalidad masiva de animales”. 

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El secretario general de Naciones Unidas lanzó ayer un nuevo llamamiento a los países más ricos (y contaminantes del globo) para frenar el avance de la crisis climática y les pidió un pacto para alcanzar emisiones cero para 2040. “Esto puede lograrse, algunos países desarrollados ya se han fijado 2035 como meta. Las economías emergentes deben también comprometerse a alcanzar emisiones netas cero hacia 2050”, destacó Antònio Guterres en la presentación del informe. “Todos los países deben ser parte de la solución”, remarcó. El diplomático reclamó un plan para acelerar la lucha global contra el cambio climático en el que se incluyen, entre otros, medidas para generar electricidad neutra de carbono, acabar con la explotación del carbón, no conceder más licencias para la explotación de petróleo y gas y, en general, redirigir las inversiones que hasta ahora se enfocaban en combustibles fósiles a energías renovables.

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