Día mundial de lucha contra el cáncer de mama

Mar Rodríguez, con cáncer de mama y voluntaria de hospital de la AECC: “Asumí que vivo con la enfermedad y no para ella”

Esta vecina de A Coruña comparte su experiencia en el Día mundial de lucha contra esa dolencia, que pone el foco en la detección precoz y la investigación

María del Mar Rodríguez, ayer, junto al Hospital Abente y Lago, en A Coruña.

María del Mar Rodríguez, ayer, junto al Hospital Abente y Lago, en A Coruña. / Arcay/Roller Agencia

“Encontrarme con otras pacientes con cáncer de mama me ayudó muchísimo a relativizar mi enfermedad y a entender que soy una de tantas y tantas personas que están pasando por este proceso”, resalta María del Mar Rodríguez, a las puertas del Hospital Abente y Lago (Chuac), antes de visitar, como voluntaria de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), a un grupo de mujeres que acaban de ser intervenidas de la misma dolencia con la que ella ha tenido que aprender a “convivir”. “Cruzar de nuevo ese umbral de la puerta del hospital, al principio, me generaba recelo. No estaba segura de poder hacerlo, porque nunca sabes qué te vas a encontrar o cómo vas a reaccionar. Se lo comenté a Ricardo Calza, el coordinador de Voluntariado de la Junta Provincial de la AECC, y me dijo que fuese tranquila, que ante todo tenía que estar cómoda y que, si no era así, había otras cosas en las que podía colaborar. Sin embargo, en cuanto empecé, me topé con unas compañeras maravillosas, fue como si nos conociésemos de toda la vida. Eso me ayudó mucho, igual que encontrarme con las pacientes. Tienen una animosidad, una valentía... es una labor muy gratificante” , reitera esta vecina de A Coruña, de 55 años, cuya vida dio un vuelco de 180 grados hace siete, cuando le diagnosticaron un cáncer de mama tras haberse notado un bulto durante una “autoexploración”.

“Me autoexploraba de manera habitual porque mi madre falleció, debido a un cáncer de mama, a los 41 años. Así fue cómo un día me noté un bulto que no supe interpretar, pedí cita con mi ginecólogo y, en cuanto lo vio, ya me hizo una biopsia. El protocolo se puso en marcha muy rápido, entre esa consulta y la cirugía no pasó ni un mes”, destaca María del Mar, quien, “a propósito de esta cuestión”, aprovecha para reivindicar el sistema público de salud, “sin obviar sus fallos”.

“Muchos no estaríamos vivos si tuviésemos que financiarnos los protocolos, los tratamientos y las cirugías para este tipo de enfermedades, porque son muy costosos. Creo que a veces no somos muy conscientes de esto, pero deberíamos estar agradecidos por el sistema de salud que tenemos, con todos sus fallos, así como por los profesionales tan estupendos que hay”, hace hincapié, antes de retomar el relato en el punto en que lo dejó. “Me cuesta un poco recordar lo que sucedió en los días siguientes al diagnóstico, porque a mí me parecía que todo aquello le estaba pasando a otra persona, supongo que por el estado de shock”, señala esta vecina de A Coruña, y reconoce que “lo peor, en aquel momento, y a lo largo de todo el proceso de la enfermedad” , es “la incertidumbre de la espera”.

“Te exploran completamente: para saber si el cáncer está localizado o se ha extendido a otra parte del cuerpo; para enfocar la cirugía de una manera o de otra... y la espera por los resultados de todas las pruebas que te van realizando (PET-TAC, gammagrafías, radiografías, resonancias magnéticas, etc.) es lo más difícil de llevar”, incide.

“Defensora a ultranza” de los cribados, cuenta María del Mar que, en su caso, el diagnóstico del cáncer de mama llegó apenas un par de meses después de haberse realizado “una mamografía y una ecografía”, controles periódicos a los que se sometía por sus antecedentes familiares. “A veces estas cosas pasan, es así, y tampoco hay que darle más vueltas, aunque a mí al principio me costó un poco manejar esos pensamientos. Fue en la AECC (*) donde me enseñaron a gestionar este tipo de cosas, de hecho, acudí a la asociación porque sentía que no tenía control sobre nada de lo que estaba pasando. Al principio, todo estaba en manos de otras personas y, ya después, durante el proceso de la enfermedad (cirugía, quimioterapia, radio, etc.), mi sensación era como si estuviese en una habitación con los muebles desordenados, y necesitaba de alguna manera organizar todo aquello y poner los muebles en su sitio. Al poco tiempo, ya me hice socia de la AECC, y luego me planteé que, cuando me recuperase física y anímicamente de todo aquello, me haría voluntaria, aunque solo fuese para corresponder por lo que me habían dado. Y, con todo eso, fue cuando me di cuenta de toda la labor que hacen, que es inmensa”, subraya.

"Asumir que iba a tener que convivir siempre con el cáncer me costó, pero los seres humanos somos muy adaptables y, aunque ahora tengo días mejores y menos mejores, he asimilado que es algo que está ahí y tengo que intentar hacer una vida normal"

(*) 900 100 036 es el teléfono de Infocáncer, un servicio gratuito, como todos los de la AECC, disponible 24 horas, los siete días de la semana, en el que pacientes oncológicos y sus familiares pueden resolver sus dudas, y en el que voluntarios y profesionales les ofrecerán apoyo y asesoramiento.

“Como voluntaria me apunté antes de la pandemia —prosigue— pero a raíz del COVID todo se paralizó, y me incorporé de pleno tras la emergencia sanitaria, cuando se reinició el voluntariado en hospitales. Previamente, había colaborado en mesas informativas, vendiendo lotería y en otras campañas, testimonialmente…”, indica María del Mar, quien recuerda cómo antes de comenzar el acompañamiento a pacientes con cáncer de mama en el Abente y Lago, durante una de sus revisiones periódicas, en abril de 2021, la enfermedad volvió, en forma de metástasis.

“A partir de ahí, empezó otro proceso, un poco más difícil de llevar, porque la primera vez te pilla desprevenida, pero luego tienes ahí siempre la espada de Damocles, de ‘me curaré o no; será para siempre o no lo será; cómo reaccionaré si recaigo...’. Asumir que iba a tener que convivir siempre con el cáncer me costó, pero los seres humanos somos muy adaptables y, aunque ahora tengo días mejores y menos mejores, he asimilado que es algo que está ahí y tengo que intentar hacer una vida normal. Quiero echar la vista atrás y poder decir: ‘Es una vida que merece ser vivida, aún a pesar de la enfermedad’. Es lo que me planteo. Mi oncóloga me dijo un día: ‘Tú vives con la enfermedad, no vives para la enfermedad’. Y esto es lo que he ido intentando asumir, poco a poco, con todo el trabajo del mundo. Tengo un tratamiento, mi cuerpo responde durante un periodo de tiempo, luego hay que cambiarlo, y así sucesivamente. Pero mientras haya caminitos que recorrer, y ramificaciones por las que pueda ir, está bien”, recalca esta vecina de A Coruña, quien aprovecha la conmemoración, hoy, del Día mundial de lucha contra el cáncer de mama, para lanzar varios mensajes a otras pacientes que puedan estar iniciando el incierto camino que se abre tras el diagnóstico de esa dolencia.

"A otras pacientes, decirles que, a pesar de que sientan que pierden el control sobre lo que les está pasando, es más fácil asumirlo tomando la responsabilidad que nos toca con la enfermedad, es decir, cuidándonos: manteniendo nuestra alimentación; haciendo ejercicio; haciendo caso a los médicos; acudiendo a las revisiones; tomando la medicación... Parece obvio, pero no todo el mundo lo hace"

Me gustaría transmitirles que, a pesar de que sientan que pierden el control sobre lo que les está pasando, es más fácil asumirlo tomando la responsabilidad que nos toca con la enfermedad, es decir, cuidándonos: manteniendo nuestra alimentación; haciendo ejercicio; haciendo caso a los médicos; acudiendo a las revisiones; tomando la medicación... Parece obvio, pero no todo el mundo lo hace. Anímicamente, les aconsejaría que se apoyen en todo lo que tienen a su alrededor: su familia, sus amigos, la AECC... No tienen por qué estar solas, y no lo están. La asociación, de hecho, les puede ayudar en muchísimas cosas. Les diría, también, que se mimen y reclamen atención y cariño, porque yo creo que algunas mujeres, por sus circunstancias, se dejan un poquito de lado. A veces se cuidan lo justo, para salir del paso, y a lo mejor necesitarían centrarse un poco en sí mismas. Las animaría a confiar en el sistema, porque tener confianza y esperanza es básico para sobrellevar esta situación. Y les recordaría que, a día de hoy, afortunadamente, la mayoría de los cánceres de mama se curan y son un paréntesis en tu vida. Que lo enfoquen de esa manera. Ahora sí, dentro de ese paréntesis, que se cuiden”, reitera.

Dolores Estrada, tesorera de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña.

Dolores Estrada, tesorera de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña. / Carlos Pardellas

Detección precoz e investigación, “dos pilares clave”

El rosa es más que un color es el lema escogido por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) para su campaña del Día mundial de lucha contra el cáncer de mama, que se conmemora hoy. “Se han logrado muchos avances, pero queda mucho por conseguir”, resalta Dolores Estrada, tesorera de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña, quien detalla que la jornada de hoy pondrá el foco “en dos pilares clave”: “la detección precoz y la investigación”.

“La detección precoz es fundamental, y no hay que bajar la guardia. Los programas de cribado destinados a la población de riesgo han logrado diagnosticar, de forma temprana, cantidad de nuevos casos de cáncer.En el de mama, de hecho, se ha conseguido aumentar la supervivencia, a cinco años, hasta un 85%”, subraya Estrada, antes de recordar que, para el cribado de esa dolencia, “la recomendación general del Consejo de la Unión Europea (UE) sugiere” una horquilla etaria de “entre 45-50 años, hasta los 74, más o menos”.

Desde el pasado 25 de septiembre, en Galicia se ha ampliado por arriba el rango de edad del cribado del cáncer de mama, que actualmente se sitúa entre los 50 y 74 años. El siguiente reto será hacer lo mismo por abajo, y que se empiece a realizar a los 45. El Observatorio del Cáncer está constatando que la enfermedad se detecta cada vez a edades más tempranas, por tanto, todo lo que se pueda ampliar será magnífico porque las cifras de incidencia son demoledoras: a nivel gallego, el cáncer de mama es el más diagnosticado en las mujeres, con 2.300 nuevos casos el año pasado, casi un millar, en la provincia de A Coruña”, señala la tesorera de la Junta Provincial de la AECC y, con respecto a la investigación, reivindica:

Es el leitmotiv de nuestra asociación. Lo que hará que, en un futuro, no tengamos que conmemorar el día de hoy, de ahí que pongamos el foco en la necesidad de seguir investigando para conocer en profundidad las causas moleculares que llevan al desarrollo de la metástasis y encontrar mejores tratamientos; para identificar nuevas dianas terapéuticas sobre las que actuar de manera más específica, que permitan ofrecer terapias dirigidas a cada paciente; para lograr avances en inmunoterapia, con resultados maravillosos; y, también, para mejorar el conocimiento sobre el cáncer de mama triple negativo, sin duda, el más agresivo y con mayor capacidad de proliferación”.