XIV Congreso Nacional de Gesida

Expertos reunidos en A Coruña alertan: las infecciones de transmisión sexual se disparan en los jóvenes cada vez más precoces

“Hay un aumento de sífilis, gonorrea, clamidia, herpes...”, advierten los especialistas

El 4% de los diagnósticos de ITS en adolescentes se da en menores de 15 años, estima un estudio

“Nos preocupa el repunte de las infecciones de transmisión sexual en el área de A Coruña”, advertía, hace apenas una semana, en estas páginas, el doctor Álvaro Mena, médico internista de la Unidad de Enfermedades Infecciosas-VIH del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) e integrante del Comité Científico de la XIV edición del Congreso Nacional de Gesida, el Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), que reúne estos días en la ciudad coruñesa a más de 600 profesionales sanitarios que trabajan en el ámbito del VIH. Y, buena parte de la segunda jornada de ese encuentro se centró ayer, precisamente, en abordar ese incremento de las ITS, que se da en toda España y que afecta especialmente a los jóvenes, con un 37% de diagnósticos en menores de 18 años, y en hasta el 17% de casos, con al menos una coinfección.

“Las enfermedades de transmisión sexual en la gente joven están subiendo, no solo en el grupo de hombres que tienen sexo con hombres, sino también en mujeres y en parejas heterosexuales”, resaltó la doctora Rosario Palacios Muñoz, presidenta de Gesida y especialista del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, antes de desgranar los datos de un estudio, llevado a cabo en nueve hospitales de cinco comunidades autónomas, entre 2018 y 2022, del que se desprende que un 4% de los diagnósticos de ITS se da en menores de 15 años; más de un 33%, en adolescentes de 15 a 17 y, casi el 63%, en jóvenes de 18 y 19 años. Además, en relación con el sexo al nacimiento, casi el 53% de los casos corresponde a hombres y, en cuanto a la orientación sexual, el 40% se diagnosticaron en adolescentes heterosexuales; un 20%, en homosexuales; y un 3%, en adolescentes bisexuales.

Tras poner estos datos sobre la mesa, la presidenta de Gesida, acompañada por la doctora Mayte Coiras, copresidenta del encuentro y especialista del Instituto de Salud Carlos III, y por el doctor Federico García, presidente de la Seimc, abordó otros temas de los que se está hablando en el XVI Congreso Nacional de Gesida, como los criterios y la aplicación de la profilaxis pre-exposición (PrEP), la necesidad de mejorar el manejo de las coinfecciones, los desafíos relacionados con el envejecimiento de la población con VIH y las últimas novedades y hallazgos para un tratamiento que cure esa infección.

“Creo que, en la epidemia del VIH, estamos en un momento muy bueno en cuanto a tratamiento y seguimos avanzado para tener estrategias más cómodas de administración”, recalcó la doctora Palacios, quien anticipó que los grandes “retos”, en la actualidad, son “el diagnóstico precoz, el envejecimiento de las personas que viven con VIH y la estigmatización”. “Se ha mejorado en todo, pero en esos tres aspectos es donde tenemos todavía camino para recorrer”, reconoció la presidenta de Gesida.

Respecto a la implementación de la profilaxis pre-exposición (PrEP), financiada por la sanidad pública y puesta a disposición de los sistema autonómicos desde 2019, los expertos reunidos en A Coruña indicaron que España supera ya los 18.000 usuarios de PreP, y celebraron que los nuevos diagnósticos de VIH hayan disminuido en todo el país, al pasar de 4.000, en 2019, a 2.786, en 2021. Con todo, la copresidenta del XIV Congreso Nacional de Gesida advirtió de que “todo esto” tiene “una cara negativa”, que es “la relajación”, que se traduce en el repunte de las demás ITS. “Ha habido un aumento de sífilis, gonorrea, clamidia, herpes... de todas las otras enfermedades de transmisión sexual”, reiteró la doctora Coiras, antes de llamar la atención sobre la necesidad de “concienciar más” sobre esta cuestión.

El presidente de la Seimc, por su parte, denunció que España es “el único país de la Unión Europea (UE)” que carece de una especialidad de enfermedades infecciosas. “Resulta totalmente paradójico que tengamos un Grupo de estudio de Sida pionero, puntero, y que es el mejor de Europa y, sin embargo, no exista esta especialidad”, criticó.

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Los profesionales sanitarios del ámbito del VIH reunidos en A Coruña, en la XIV edición del Congreso Nacional de Gesida, recomiendan que se mantenga “una alta sospecha clínica” y “se siga insistiendo en las medidas preventivas” frente a la viruela del mono (infección por Mpox) en España, pese a la finalización de la emergencia internacional de salud pública. Y es que, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio por terminada esa alerta, el pasado 10 de mayo, debido a la “reducción significativa a nivel mundial” de la incidencia de Mpox en los últimos meses, y a la ausencia de cambios en la gravedad y en las manifestaciones clínicas de la enfermedad, el grupo de estudios sobre VIH de la Seimc aconseja “no bajar la guardia”.

Así lo afirmó el doctor José Luis Blanco, del Hospital Clínic de Barcelona, quien insistió en la importancia de “la cuarentena de los casos” y “la vacunación de la población más vulnerable” a esta infección como “medidas preventivas más importantes” para evitar la transmisión, al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de “prestar especial atención a las personas que viven con VIH que presentan CD4 bajo y/o mal control de la carga viral”, a las que hay que “insistir en la vacunación”.

Los expertos reunidos por Gesida en A Coruña analizarán hasta mañana los datos epidemiológicos sobre VIH y las distintas estrategias para avanzar en el cumplimiento de los objetivos de Onusida en España, entre ellas, “facilitar el acceso a las pruebas de diagnóstico, la flexibilización del seguimiento terapéutico, la ampliación de criterios para la PreP (profilaxis pre-exposición) y el manejo de las coinfecciones (VIH, VHC e ITS)”. Y, como tema transversal a todos ellos, el “abordaje del estigma”, que “no solo tiene consecuencias sobre la integración social, salud mental y calidad de vida de las personas que viven con el virus”, sino que “es también una barrera para el abordaje del VIH”, con el consiguiente impacto negativo “sobre todos y cada uno de los pasos de la continuidad asistencial”.