Hallan niños con síndrome de Down en la prehistoria: “Eran vistos como especiales”

Todo apunta a que recibieron un trato diferenciado en su sepultura, rodeados de ajuares preciosos, y que “recibían cuidados especiales” en la época

valentina raffio

Un análisis de más de 10.000 muestras de genomas antiguos recopilados durante años por el Instituto Max Planck ha desvelado la existencia de varios casos de niños y niñas con síndrome de Down en la prehistoria. Según explican los autores de este hallazgo, se trata de algunos de los registros más antiguos hallados hasta la fecha de personas con esta condición.

La historia de estos niños fue publicada ayer en la revista científica Nature Communications. Tras analizar gran cantidad de muestras de ADN antiguo, los científicos lograron localizar al menos seis casos de individuos con una copia extra del cromosoma 21 que vivieron hace cientos o miles de años. Uno de ellos, por ejemplo, data entre el siglo XVII y XVIII y fue hallado en Finlandia. Otros, mucho más antiguos, fueron encontrados en sitios arqueológicos de Grecia y Bulgaria correspondientes a la Edad de Bronce. También hay varios casos descubiertos en los yacimientos españoles de Alto de la Cruz y Las Eretas, en Navarra, y que corresponden a la primera Edad de Hierro. Estos casos se remontan entre 2.500 y 5.000 años atrás.

El análisis también halló al menos un caso más de un niño con síndrome de Edwards, relacionado con una copia extra del cromosoma 18, con síntomas mucho más severos que el Down y que, al menos actualmente, se da en uno de cada 3.000 niños. Vivió en Navarra entre 2.500 y 2.800 años atrás. Se trata del primer caso documentado de esta condición en la prehistoria.

Según explican los responsables de este trabajo, entre los que destacan varios profesionales españoles de la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universidad de Navarra, todos los casos tenían al menos dos cosas en común. En primer lugar, se trataba de niños que murieron a muy temprana edad, probablemente debido a las complicaciones relacionadas con este síndrome y que en la antigüedad eran imposibles de tratar. En segundo lugar, todo apunta a que todos estos niños eran especialmente queridos y valorados por las sociedades de la época.

Hay al menos dos indicios que respaldan esta hipótesis. Las tumbas de estos niños con síndrome de Down muestran que fueron enterrados rodeados de ajuares preciosos. Por ejemplo, de coloridos collares, anillos de bronce y preciadas conchas de mar. En muchos casos, estos pequeños fueron enterrados dentro de los propios hogares o en lugares considerados especialmente importantes para las sociedades de la época. “Todo esto nos invita a pensar en que estos individuos recibían cuidados especiales y eran muy apreciados en las sociedades antiguas”, comenta Adam Ben Rohrlach, autor principal de este trabajo. “Esto nos da una pista para entender que eran percibidos como niños especiales”, añade el especialista.

En el caso de las tumbas de niños halladas en los yacimientos españoles, el descubrimiento sorprende todavía más porque en la edad de bronce el ritual dominante entre las comunidades ibéricas era la incineración. Todo apunta, pues, a que estos niños recibieron un trato especial en su sepultura. Aunque todavía no está claro si se debe a su patología o, por el contrario, era un signo de cariño hacia los niños que morían a tan pronta edad.