Santiago Ramón y Cajal | Presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica

“A veces resulta peor el código postal que el genético. Hay que acabar con la inequidad”

“Los patólogos somos los notarios de la medicina; con nuestro diagnóstico, el oncólogo trata”

Santiago Ramón y Cajal

Santiago Ramón y Cajal

A. Blasco

Sí. Es descendiente del Premio Nobel. Su sobrino bisnieto. No solo comparte nombre, sino también día de nacimiento. Pero desde pequeño se ha esforzado para obtener sus propios logros y demostrar que no le han regalado nada por ello. Dirige uno de los principales servicios de Anatomía Patológica del país y lidera 30 proyectos de investigación. Entre otras cosas, han descubierto que las células hablan entre sí para producir metástasis. Él, desde mayo, es la voz de los patólogos españoles. Este viernes interviene en el VI Simposio Nacional de Oncología de Precisión.

Con su nombre, ¿estaba predestinado a la medicina?

Desde luego, mi familia está llena. Soy la quinta generación de médicos y profesores universitarios.

Y, al final, acabó escogiendo la misma especialidad que su tío bisabuelo. ¿Por qué?

Sí, aunque él se dedicó más a la histología. Siempre he tenido la losa y la responsabilidad de hacer algo por la investigación y me influyó mucho el apellido a la hora de esforzarme mucho en el colegio, en la universidad [fue premio extraordinario de la carrera], en el MIR [quedó de número 1 en 1983]... He intentado hacer algo por mí mismo, que no dijeran que es por mi nombre.

¿Veía en anatomía patológica un campo en el que hacerlo?

Al tiempo que Medicina, empecé Químicas, sin que lo supiera mi padre. Había un profesor de bioquímica muy conocido, Francisco Grande Covián, y él me dijo que me centrara en Medicina, me fuera a Estados Unidos (EE UU) a investigar e hiciera anatomía patológica, que es la base de todas las enfermedades y del diagnóstico y donde más iba a aprender. Le hice caso.

Desde mayo, preside a los patólogos españoles. ¿Cree que la sociedad los conoce?

Pues no. Y este es uno de los objetivos claves de esta Presidencia. Sin el patólogo no hay un diagnóstico correcto ni estudios de biomarcadores. Somos los notarios de la medicina y, en base a nuestro diagnóstico, el oncólogo trata. Si no, sería al azar. Damos el nombre y los apellidos del tumor.

De ahí que el congreso en el que va a participar aquí sea de oncología. ¿Cree que se han derribado las barreras entre las especialidades o aún se necesita más comunicación?

Se van derribando de forma muy clara. Los oncólogos y los patólogos estamos muy unidos. También con los radiólogos, cirujanos y biólogos. Voy a muchos temas de Oncología para reivindicar que el primer pilar fundamental en la medicina de precisión es el diagnóstico y lo hacemos los patólogos. Y hay que optimizarlo. Sabemos que no es perfecto en toda España, hay mucha inequidad.

¿Por qué?

A veces resulta peor el código postal que el genético. En muchos tumores hay que diagnosticarlo bien, lo que depende de la experiencia del patólogo y su formación continuada. Luego hay que hacer estudios moleculares para ponerles apellidos y que se le pueda tratar de forma personalizada. Y para eso hacen falta unas plataformas tecnológicas. Todo esto no está en todas partes. En Cataluña hemos luchado porque alcance un nivel óptimo de precisión. Hemos digitalizado todas las biopsias y creado una red de cinco hospitales para estudiar todos los tumores que puedan ser tratados con medicina de precisión. Independientemente de dónde vivas. Es muy justo. Y no sucede en casi ningún lugar de España. En Galicia creo que está bastante bien. Es importante acabar con las inequidades territoriales.

¿En qué habría que avanzar?

Cada tumor es diferente. Hay que estudiarlos de forma personalizada. Como es imposible que en todas partes haya patólogos con experiencia en todo y con medios, hay un porcentaje de discordancias en diagnósticos relevante: de hasta el 25% de falsos positivos o negativos. Se soluciona con la patología digital, que permite consultar a compañeros y aplicar algoritmos para que la cuantificación de marcadores sea objetiva y reproducirle y no varíe de un patólogo a otro. Parte de esas discordancias es por falta de control de calidad de los servicios y de las pruebas de biomarcadores. Queremos que el Ministerio los exija. Y se necesitan más patólogos. Un 20% más para la máxima calidad.

Dirige más de 30 proyectos en el Grupo de Patología Molecular Traslacional y una de y una de sus líneas es la de la comunicación entre las células que provocan la metástasis. ¿Las células hablan entre sí?

Es una línea de trabajo muy novedosa. Antes se pensaba que el cáncer era una célula que se hacía muy mala, que cada vez era peor y era la que hacía metástasis. Nuestra hipótesis es que no es una célula sola, sino que son un conjunto que se van complementando en sus propiedades de malignidad. También sabemos que tienen que hablar con las células normales que le van a acoger las metástasis. Tenemos ya pistas como cortar esa comunicación y evitarlo.

¿Están obteniendo resultados?

En ratones sí y son muy buenos, muy esperanzadores.

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