Sanidad aprueba el plan antitabaco con el apoyo del PP, pese al desencuentro inicial

La ministra se compromete a que parte del dinero recaudado con la subida de impuestos al tabaco revierta en Sanidad, tal como pedían las autonomías populares, con Galicia al frente

La ministra deSanidad, Mónica García, compareceantes de la reunión.

La ministra deSanidad, Mónica García, compareceantes de la reunión. / EDUARDO PARRA

Patricia Martín / R. López

El Ministerio de Sanidad dio ayer luz verde al Plan Integral de Prevención del Tabaquismo con el consenso de las comunidades del Partido Popular, encabezadas por Galicia, pese al desencuentro inicial en torno a las formas elegidas por el equipo de Mónica García para sacarlo adelante como por algunas de las medidas que contiene, en torno a la posibilidad de prohibir el tabaco en las terrazas. Lo que se ha aprobado, recordó la ministra, es “una hoja de ruta” que habrá que trasladar a “un espacio legislativo”.

La reunión no pintaba bien antes de comenzar. El conselleiro de Sanidad de Galicia, Julio García Comesaña, que se erigió en portavoz de las autonomías gobernadas por el PP, había elogiado ante los medios de comunicación, antes de entrar en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado en Madrid, que el Ministerio hubiera “abandonado la postura inflexible de no consenso, anunciando que el plan se iba a aprobar sí o sí” porque en el orden del día el plan antitabaco figuraba bajo el epígrafe de “información” y no en el de votación.

“Negacionismo y presiones”

Sin embargo, la ministra marcó distancias y aseguró que daría luz verde “con orgullo” al plan antitabaco “independientemente” de la negativa de las comunidades del PP. “Son otros los que tendrán que explicar por qué no se quieren adherir a este plan, por qué le dan la espalda a la evidencia científica, a la salud y a sus propios técnicos”, señaló. En su cuenta de X publicó que su departamento defiende “la evidencia científica frente al negacionismo y las presiones”, poniendo “la salud por delante del negocio”.

Pese al desencuentro inicial, el consenso fue posible porque, según las autonomías gobernadas por el PP, el Ministerio se comprometió, por un lado, a destinar parte del dinero recaudado por la subida de impuestos al tabaco a medidas sanitarias; y, por otro, a buscar el consenso antes de aprobar las medidas legislativas necesarias para delimitar nuevos espacios sin humo.

Según el PP, el Ministerio se abrió a que “no todo sea prohibir” y que se incluyan en una futura reforma legal algunos espacios donde haya “autorregulación” a la hora de decidir si se permite o no fumar, tal como pedían varias autonomías populares alineadas con el sector hostelero.

La ministra, a su vez, se felicitó del acuerdo alcanzado, señaló que las autonomías son “coautoras” del plan y se mostró “orgullosa” de que España dé un “paso histórico” para ponerse, de nuevo, “en la vanguardia mundial” de la lucha contra el tabaco.

El plan antitabaco contempla cuatro ejes básicos de actuación: sanitario, normativo, de protección del medio ambiente y la coordinación.

Aboga, además, por equiparar al tabaco tradicional determinados aspectos normativos de las nuevas formas de consumo de nicotina (cigarrillos electrónicos, tabaco calentado, pipas de agua, shishas, cachimbas...).

Cinco metas

Y contiene cinco metas: prevenir el inicio de consumo de tabaco y productos relacionados; fomentar el abandono del tabaquismo y facilitar la ayuda para dejar de fumar; reducir la exposición ambiental a las emisiones de tabaco y productos relacionados en espacios públicos y privados y reducir la huella ecológica; promover la investigación aplicada y la monitorización en el control del tabaquismo; y potenciar la coordinación y el establecimiento de alianzas.

Una vez debatido el plan en el Consejo Interterritorial, se propondrán las modificaciones legislativas necesarias para ponerlo en marcha, un proceso que puede llevar varios años.

Comesaña: “No todo será prohibir”

El conselleiro de Sanidad de la Xunta, Julio García Comesaña, usó un símil futbolístico para eludir hablar de las tensiones entre Gobierno y comunidades autónomas en la reunión del Consejo Interterritorial de Salud: los rifirrafes “quedan en el campo” y “lo que importa es el resultado”, que calificó de “bueno para todos”. Abordado por los periodistas frente a la sede del Ministerio de Sanidad, y acompañado por sus homólogos de la Comunidad Valenciana y de Madrid, García Comesaña habló en nombre de las once comunidades gobernadas por el PP para “reconocer el esfuerzo de las comunidades autónomas y del ministerio para buscar el consenso” principalmente en dos aspectos: que parte del incremento del precio del tabaco redundaría en la lucha contra este hábito, y que el aspecto regulatorio de los espacios sin humo quedaría pendiente del desarrollo legislativo. En este aspecto, el conselleiro recordó que Galicia y otras comunidades del PP han puesto en marcha iniciativas como las “playas y parques sin humo”. Comesaña señaló que “se ha abierto la puerta a que no todo sea prohibir en los espacios sin humo”, y que las comunidades del PP consideran que los nuevos espacios libres de humo “deben desarrollarse desde una perspectiva más de la autorregulación y la voluntariedad, pero también con alguna legislación”. En esa parte legislativa, sujeta a un debate más político que técnico, “se discutirán las alternativas, y se verá qué partes van con autorregulación y cuáles van con imposición, si fuera el caso; o qué partes van con medidas de apoyo fiscal”, explicó. El conselleiro de Sanidad aseguró que desde siempre han estado de acuerdo en que hay que aprobar “medidas para que los jóvenes no inicien el hábito”, “para que a la gente que fuma le sea fácil dejar de fumar”, así como “potenciar la investigación”. “Estábamos de acuerdo en el qué y ahora también estamos de acuerdo en el cómo”, manifestó.

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