Enfermos de Santiago denuncian que siguen sin fijarse citas de control en Oncología

Afirman que la situación afecta también a pacientes en tratamiento con fármacos tras recibir ‘quimio’ o radioterapia que deben ser supervisados por un especialista

Koro Martínez

La Asociación de Pacientes e Usuarios do Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) insiste en denunciar que la situación en el servicio de Oncología de Santiago “está lejos de estar solventada”, y subraya que pese a que se está comenzando a citar por las tardes, hay pacientes con un retraso en su revisión “de hasta siete meses”, y añade que las citaciones en horario de tarde están siendo posibles gracias a las horas extra que realizan los médicos de forma voluntaria.

El colectivo resalta que “un gran número de pacientes aún no fueron citados y desconocemos cuando se normalizará la situación porque se sigue ocultando el número real de personas afectadas”, y considera especialmente grave el hecho de que “las agendas del Servicio de Oncología siguen cerradas porque, tras la consulta, lo que se les transmite es que ya les llegará un mensaje con la cita”.

Tras considerar que se está faltando a la verdad cuando se argumenta que estos retrasos no afectan a pacientes en tratamiento activo, se apunta en cambio que son numerosos los que, una vez cumplidas sus sesiones de quimio o radioterapia, continúan con un tratamiento farmacológico que “debe ser supervisado por el oncólogo, cosa que no está sucediendo”. Además, denuncian que son numerosas las ocasiones en las que “no somos atendidos por el oncólogo fijado como responsable del seguimiento de la dolencia y como personal que debe garantizar el suministro de la información, lo que es una vulneración de lo establecido en la Lei de Saúde de Galicia y en la Lei básica reguladora da autonomía do paciente”.

Inciden, asimismo, en que se está haciendo caso omiso a los protocolos y al consenso científico que hay en estos casos, e incumpliendo “con absoluta desvergüenza moral las normas que garantizan la convivencia pacífica en una sociedad democrática”, obligándose a los enfermos oncológicos a “tener que recurrir a la presión pública para exigir que la administración sanitaria cumpla con sus obligaciones legales, clínicas y éticas”.

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