La vivienda de José Mouriño en Barcia estaba embargada y sus residentes tenían que abandonarla en días, según afirmó ayer un íntimo amigo del ganadero y también presidente de una cooperativa dezana. La grave situación económica por la que pasaba la familia provocó que incluso se le retuviese el recibo de entrega de leche del último mes. Aunque su esposa, Carmen Reboredo, tenía varias propiedades en su parroquia oriunda de Moneixas, éstas también estaban requisadas porque "ella le enseñó un poder a José para que dispusiese de las parcelas, de modo que sirvieron de aval para la promoción de viviendas que había iniciado Mouriño".

La última vez que este cooperativista departió con Mouriño fue en junio, durante la cena de gala que organizó el grupo Xepei en el Hotel Katiuska para clausurar las segundas Xuntanzas de Emprendedores. Por aquel entonces, José Mouriño parecía haber superado ya una depresión "aunque en los últimos meses estaba más esquivo y no le gustaba extenderse cuando hablábamos por teléfono", manifestó.

Lo cierto es que el incendio de la vivienda y las dos víctimas mortales conmocionaron de forma especial al mundo ganadero, al que Mouriño estuvo vinculado durante más de 20 años y que en los últimos tiempos estuvo combinando con su actividad empresarial. A media tarde de ayer, él y su esposa prestaron declaración en las dependencias de la Guardia Civil por su imputación en el incendio que arrasó la vivienda así como por las muertes de su hija Sonia, de 22 años de edad, y de Amador Vázquez, un antiguo empleado de 89. Según fuentes de la investigación, la mujer reconoció haber planeado tanto el incendio de la casa como su posterior suicidio, junto al marido, en la fosa de purín del establo anexo. De ahí que, para muchos vecinos, cobre sentido el hecho de que en los últimos días la familia almacenase leña en el garaje y rellenase la caldera de gasóleo.

La intención de la jueza que instruye el caso es trasladar al matrimonio a la zona del siniestro para poder reconstruir los hechos. De forma paralela, la Guardia Civil ya levantó ayer el perímetro de seguridad que protegía la vivienda, puesto que ya terminó de recabar pruebas. Por tanto, también dejará de custodiarla como hizo en la noche del viernes al sábado y a lo largo del día de ayer. En este sentido, el delegado de Gobierno Antón Louro manifestó que la investigación "continúa abierta para clarificar los hechos", confiando en que en las próximas horas o en los días venideros se disponga de "una crónica de lo sucedido". Para ello, Louro pidió respeto para los investigadores y los jueces que están llevando el caso, mientras que el pase de los dos detenidos a disposición judicial se producirá a lo largo de hoy. Aunque en un principio se esperaba que pasasen ya ayer a la disposición de Henriqueta Sanmartín, el transcurso de la investigación motivó esta demora.

La granja seguirá atendida

Mientras continúa la investigación, la granja de Mouriño fue atendida ayer por uno de los empleados, Ciprian Nitoi, así como por los hermanos del ganadero. Tanto Benito como Manolo y Teresa, que fue profesora en el colegio Manuel Rivero, estuvieron durante buena parte de la mañana en la vivienda y, muy afectados por lo acontecido, se negaron a hacer declaraciones. Un familiar sí ha apuntado que será la cooperativa Campodeza quien se va a encargar de que su granja de ganado de leche siga atendida. Por lo de pronto, ayer un camión cisterna de la empresa Celta pasó a recoger el producto. Los vecinos señalaban además que uno de los hermanos, Manolo, vive en la aldea cercana de Ramil y que con frecuencia se acercaba hasta Outeiro para echar una mano con las fincas y las vacas.

Por otra parte, a media tarde de ayer llegaron a la Residencia Nosa Señora das Dores los dos supervivientes del incendio, Erundina Lalín (la madre de Carmen Reboredo), de 89 años, y su hijo Manuel, de 56. Ambos llegaron del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) y estaban totalmente restablecidos de los síntomas de asfixia que presentaban el viernes tras ser rescatados del interior de la vivienda en llamas. La acogida en el geriátrico de la rúa D de Lalín se debe a un "acuerdo de urgencia" entre este centro y el departamento de Servizos Sociais, que coordina Paz Pérez. Por tanto, de cara a su continuidad en el centro, la residencia y Servizos Sociais tendrán en cuenta la opinión de los familiares por si desean hacerse cargo de su atención. Por lo de pronto, ayer los dos se mostraban desorientados pero no tenían restos de quemaduras en la piel.

Víctimas mortales

En lo que se refiere a las dos víctimas mortales del trágico suceso, su examen forense tuvo lugar en la mañana de ayer en Santiago. Cuando fue rescatado, el cuerpo de la joven Sonia presentaba un fuerte golpe en la cabeza, según indicaron fuentes próximas a su evacuación. En este sentido, la madre confesó inicialmente que la habría golpeado de noche mientras dormía para evitar que cargase con las deudas de sus padres tras el suicidio de estos. No obstante, entre las hipótesis por el fallecimiento de la joven figura la posibilidad de que fuese golpeada por uno de sus progenitores durante una discusión. En lo que concierne a la otra víctima mortal, Amador Vázquez, su cuerpo no presentaba ningún síntoma de violencia.

Como muestra de respeto al sepelio que tendrá lugar hoy a media tarde, el equipo local Atlético Gresande, de la parroquia de Barcia, decidió aplazar el partido que tenía previsto hoy a las 16.30 horas en el campo local contra el Callobre Club de Fútbol. El aplazamiento del encuentro deportivo permitirá que los aficionados al fútbol puedan acudir al acto religioso, puesto que la joven tenía un gran número de amigos en el municipio, mientras que Amador, conocido como O Amador das festas, también era muy popular entre los más ancianos del lugar por su afición a acudir a las fiestas de verano de la zona "y por sus ganas de casarse. Fue algo que quiso hacer a lo largo de su vida y que, sin embargo, no llegó a ver cumplido", afirmó uno de los vecinos, Sergio Ferreiro.