Quince años de prisión y 6.000 euros de multa. Esta es la condena que pide la Fiscalía de Ourense para Andrés L.L., un lucense con domicilio en Quiroga detenido en 2010 en O Barco de Valdeorras por la violación de una septuagenaria. Pero Andrés L.L. parece tener más de una cuenta pendiente con la Justicia y podría tratarse de un violador en serie de ancianas, pues su arresto y las pruebas de ADN permitieron esclarecer otros 7 casos de agresiones sexuales sin resolver en Castilla y León. Dos de estos episodios se remontan incluso a la década de los 90, por lo que la responsabilidad penal ya habría prescrito.

El acusado fue detenido en su domicilio de Quiroga (Lugo) apenas tres horas después del ataque a una mujer de O Barco de 79 años, el 9 de julio de 2010. La agresión sexual se produjo a unos 40 kilómetros de su casa y a primera hora de la mañana. La víctima transitaba por un camino Valdeorresas por donde los vecinos de la zona acostumbran a salir a pasear.

El fiscal sostiene que el acusado, casado y padre de dos hijos en el momento de los hechos, se había desplazado en su automóvil y al ver a la señora se apostó al pie del sendero, escondido entre los arbustos para no llamar la atención. Entonces, "guiado por los más bajos y denostados instintos sexuales", según reprueba el representante de la Fiscalía en el escrito de calificación, aguardó a que la mujer estuviera sola y se abalanzó sobre ella, inmovilizándola por los hombros para, acto seguido, arrojarla al suelo.

El hombre, que confesó en ese momento a la mujer los deseos que pretendía llevar a cabo, trató de ahogar los gritos de desesperación de ella tapándole la boca para impedir ser descubierto. El imputado llevaba puesto un sombrero vaquero y unas gafas negras de sol con el propósito de disimular su identidad, algo que no consiguió, pero por lo que se le aplica el agravante de disfraz.

El violador se puso encima de la anciana y la forzó. La anciana ha tenido que recibir tratamiento psicológico y el fiscal ha fijado la petición de condena -que equivale a la máxima pena posible por un homicidio- atendiendo a que el caso es especialmente flagrante al tratarse de una persona mayor, distinción que recoge el Código Penal.

Pero la violación de O Barco devolvió vigencia a otros episodios sexuales en León y Valladolid que no estaban resueltos. En concreto se relaciona al acusado con siete violaciones, intentos de agresión sexual o lesiones, además del episodio de Ourense que lo mantiene entre rejas hasta la celebración del juicio. Al menos uno de los sucesos, que tuvo como víctima a una mujer de 64 años, habría prescrito porque los hechos, de 1995, no se pudieron reabrir hasta febrero de 2011.

El arresto del presunto violador y el resultado de ADN arrojó luz sobre asuntos pendientes. Los vestigios eran compatibles con las muestras obtenidas en una violación cometida en 2007 en León, que sacó otros procedimientos del archivo. Un juzgado le atribuyó unas lesiones en un intento de violación y otro reabrió un sumario por violación cuando el acusado ya estaba en prisión. Este caso, de 2007, tuvo como víctima a una mujer de 83 años atacada sexualmente en una huerta.