Mareos, vómitos, dolor de cabeza, picor, problemas para respirar o conjuntivitis. Son algunos síntomas que vecinos de la parroquia de Moreira, en A Estrada, achacaron al abono usado para preparar la tierra en tres fincas próximas a la iglesia para destinarlas a la producción de maíz. Al menos cuatro personas fueron trasladadas para recibir asistencia sanitaria. Algunas fueron atendidas en el PAC de la localidad en la noche del jueves, momento en el que saltaron las alarmas y se vivieron momentos de tensión y preocupación, que se hicieron extensivos a la mañana de ayer.

Según fuentes vecinales, hace un mes que a estas fincas comenzaron a llegar camiones que fueron amontonando residuos procedentes de una planta de residuos orgánicos de Castro de Rei (Lugo). El problema estalló el martes, cuando se empezó a extender el abono. Además del mal olor, aún patente ayer, los vecinos aseguraron que el jueves por la noche se levantó una "nube gris", "como si fuese a nevar", y aparecieron en algunas personas los síntomas de malestar.

Hasta el lugar se desplazaron ayer técnicos de Medio Ambiente, Medio Rural y Sanidade. Según las explicaciones que recabó el alcalde, José López Campos, el abono contaba con las pertinentes autorizaciones. Sin embargo, al no ser incorporado de modo inmediato con la tierra, y ayudado por las altas temperaturas de los últimos días, se sospecha que hubo una reacción química que acabaría generando un gas que, en pequeñas concentraciones, podría generar algunos de los síntomas descritos por los afectados.

Una de las preocupaciones de los vecinos era la posible existencia de metales pesados en este compuesto. Indicaron que una de las afectadas es alérgica a productos químicos como el níquel. "No puede salir de casa; tiene que andar con una mascarilla y tuvo que ir varias veces al médico", contaron.

Así, indicaron también que otro vecino tuvo que ser trasladado al hospital con la boca llena de bochas después de haber comido cerezas y fresas de la zona. Los vecinos temían también la afección a producción ecológica del entorno, como plantaciones de manzana, olivos, mirabeles o huerta.

"Me picaba en la garganta y en la nariz y me flaqueaban las piernas", explicó un joven que tuvo que ser trasladado en ambulancia al ambulatorio el jueves junto a otros dos vecinos de Moreira: se les diagnosticó faringitis leve y conjuntivitis. Los técnicos de diversos departamentos tomaron muestras en diversos puntos de la zona para su estudio en profundidad.