Prisión sin fianza para nueve de los 10 detenidos en la operación Espartana de la Policía Nacional que permitió desarticular una de las redes de narcos más importantes de España e intervenir un mercante albanés con 3.000 kilos de cocaína valorados en más de 100 millones de euros cuando se dirigía a Galicia. El juez de Corcubión envió a la cárcel a los cuatro detenidos en Galicia, tres gallegos y un colombiano que debían hacerse cargo del alijo, y el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz adoptó igual medida con los seis colombianos de la organización de los hermanos Vélez, importadores de la droga, si bien fijó una fianza de 15.000 euros para la suegra de uno de los arrestados. Los 21 albaneses que iban a bordo del mercante SV Nikolay pasaron a disposición del juez de guardia de Cádiz, si bien serán trasladados a la Audiencia Nacional.

El gran golpe a las tres organizaciones de narcotraficantes tuvo su origen en el pequeño Juzgado de Instrucción 1 de Corcubión, el mismo que se encargó de instruir la causa del Prestige. Las diligencias secretas abiertas por el juez sobre las andanzas de quien durante una década estuvo al frente del puesto de la Guardia Civil de la localidad, llevaron al gran alijo de cocaína que transportaba desde Sudamérica a Galicia el mercante búlgaro SV Nikolay, abordado por los GEOS a 50 millas de Cádiz.

La investigación sobre el grupo gallego al que presuntamente protegía el sargento José Álvarez Otero Lorenzo, desarrollada por la Udyco Galicia, se cruzó con otra de la Audiencia Nacional y el Greco sobre el clan colombiano de los Vélez. El sargento Álvarez Otero abandonó los juzgados custodiado por sus compañeros. No iba solo y no se escondió de las cámaras, a las que incluso hizo algún guiño. Bajo sospecha de las fuerzas antidroga desde hace años, su obsesión por la seguridad le hacía un objetivo escurridizo que logró salir sin salpicaduras en operaciones anteriores.