Rosario Porto, detenida esta semana junto a su exmarido por el presunto homicidio de su hija Asunta, vio cómo su vida daba un giro en los últimos dos años. A nivel profesional, porque tras empezar a ejercer la abogacía en 1996 abandonó este camino e incluso se dio de baja como colegiada en el Colexio de Avogados de Santiago. Y también, y profundamente, a nivel personal. En este periodo no solo afrontó la separación del que era su marido Alfonso Basterra, sino que, en un corto periodo de tiempo, murieron sus padres, un conocido y prestigioso matrimonio compostelano. Ella, la profesora universitaria María del Socorro Ortega Romero, pereció el 11 de diciembre de 2011 a los 78 años, mientras que él, el reconocido abogado Francisco Porto Mella, falleció el 26 de julio de 2012. Las muertes ocurrieron con solo siete meses de diferencia y en ambos casos, en su casa y de forma repentina.

Rosario Porto, nacida en 1969, era hija única de este matrimonio. Precisamente sus padres fueron uno de los apoyos que ella y Basterra tuvieron cuando decidieron adoptar a Asunta. En aquella época la adopción internacional era más excepcional, y de hecho algunas voces apuntan a que la pareja ahora arrestada fue la primera que trajo a Santiago a una niña asiática.

Socorro Ortega fue profesora titular de la Historia del Arte en la Universidad de Santiago, miembro de la Real Academia Gallega de Bellas Artes y autora de publicaciones sobre arte compostelano. Era muy conocida en Santiago, igual que su marido, y era frecuente ver al matrimonio pasear junto a su nieta.

Francisco Porto también era un profesional de prestigio. Abogado -ejerció como letrado de Pescanova en los comienzos de la empresa-, fue también cónsul de Francia en Compostela durante 25 años. Precisamente, este cargo, el de cónsul, fue heredado por su hija Rosario, que lo desempeñó diez años.