El secreto decretado en el sumario de Asunta Basterra estaba basado en la necesidad de practicar varias diligencias con "las mínimas garantías", según el auto judicial. Los indicios exhibidos a Alfonso Basterra y Rosario Porto motivaron, según el juez, un cambio de versión de éstos que confirmó las sospechas iniciales. Había que investigar a terceros sospechosos de haber colaborado o participado en el crimen, por eso se dictó el secreto para las partes.

El objetivo de que tres posibles sospechosos "ofreciesen una explicación fresca de los indicios objetivos con los que se contaba, sin tener conocimiento de los mismos, como posicionamientos físicos, llamadas efectuadas y recibidas, así como su perfil de ADN", dieron resultado y se obtuvo una versión "natural, sin contaminación previa de saber los investigados qué indicios constaban en la causa". La Guardia Civil investigó a tres amigos de Rosario Porto, uno de ellos el marroquí Mesaoud El Omari, condenado hace unos días por la Audiencia de A Coruña a cuatro años de prisión por un delito contra los derechos de los trabajadores inmigrantes. El extrabajador del Centro de Información de Trabajadores Extranjeros (CITE) en Santiago, del sindicato Comisiones Obreras, negó cualquier relación mercantil o sentimental con Rosario Porto.

También fueron investigados el empresario al que Porto acompañaba a Marruecos como traductora, y un tercer hombre.

Vázquez Taín destaca en el auto que no se llegaron a filtrar los datos telefónicos de estos investigados, ni otros extremos que tuvieron que explicar al juez, así como la identidad del ADN de la camiseta. "El secreto de las actuaciones ha cumplido plenamente su eficacia. Las declaraciones de los investigados y las comprobaciones de la Guardia Civil permiten afirmar que los tres son totalmente ajenos a los hechos. Queda a salvo del derecho de las partes a plantar cuantas cuestiones y que muy seguro efectuarán", recoge el auto.