Cinco años y seis meses de prisión y 10 años de alejamiento de su víctima, una niña de apenas 6 años de la que abusó sexualmente durante varios años y a la que indemnizará con 10.000 euros por los daños causados, pues sufrió una neurosis postraumática que derivó en depresión y aún tiene secuelas. Esta es la condena impuesta por la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo a José Antonio R.A. , considerado autor de un delito de abusos sexuales continuados a la hija de su pareja, que en la actualidad tiene 13 años y todavía arrastra secuelas por los hechos. La sentencia notificada ayer impide al condenado acercarse a menos de 300 metros de la niña o comunicarse con ella durante una década.

El tribunal sostiene que todas las pruebas practicadas en el juicio oral celebrado el pasado 4 de diciembre "desvirtúan la presunción de inocencia" y no considera creíble la versión del acusado, que sostuvo en la vista que se trataba de una venganza y "la niña fue inducida por su madre para hacerme daño" y para quitarle la custodia del hijo que tuvieron mientras eran pareja.

El fallo deja claro que la niña no "fabula" y que su declaración es "verosímil", tal como consta en la prueba preconstituida pues la pequeña no declaró en la vista oral. En la sentencia, que no es firme y contra la que cabe recurso de apelación, se consideran todos los hechos probados y se da valor a las declaraciones de la menor, refrendadas por los testimonios de los cinco profesionales médicos y forenses que examinaron a la pequeña. Todos coincidieron en que su relato es creíble y descartaron que fabulase: es una niña "dañada", aseveraron.

La menor, que no estuvo presente en el juicio celebrado el 4 de diciembre, había afirmado que el acusado le tocaba los genitales con la mano o con el pene, que los abusos se producían todas las semanas y que la trataba a ella y a su familia "como a perros". José Antonio R.A comenzó la relación con la madre de la niña entre 2006 y 2007, cuando la pequeña tenía 6 años. El tribunal considera probado que los tocamientos a la pequeña comenzaron casi de inmediato y se prolongaron hasta 2011, cuando tras uno de los episodios la víctima escribió una carta relatando los abusos que entregó a su madre.

En su declaración ante la juez instructora, la niña explicó que abusó de ella "muchas veces", "todas las semanas" y relató episodios concretos, como cuando su madre estuvo en el hospital tras dar a luz a su hermano. En ocasiones la agarraba para que no se escapase y en otra ocasión "me dijo que me callara, que no se lo contara a mi madre, que si no iba a ir con él a la cárcel". Su madre creyó a la niña en cuanto leyó la carta y rompió la relación. Nunca sospechó de él porque tenía cariño a la niña, pero admitió que cuando la menor relató los abusos empezó a encajar cosas, como cuando le sorprendió en la litera de su hija y en otra ocasión en la cama de matrimonio con la niña.