El padre de Asunta, en prisión provisional desde el pasado 27 de septiembre imputado por el asesinato de su hija junto a su exmujer, no saldrá en libertad. La Sección Sexta de la Audiencia de A Coruña con sede en Santiago notificó ayer un auto en el que desestima, por segunda vez, el recurso de apelación interpuesto por Alfonso Basterra contra la decisión del magistrado Vázquez Taín de mantenerlo en el centro penitenciario de Teixeiro. La Audiencia respalda la decisión del juez al considerar que existen indicios de su participación en el homicidio de la pequeña, tal y como acordó también la semana pasada respecto a Rosario Porto. Además, ve "riesgo de alteración de pruebas" y de fuga "ya que carece de arraigo en Santiago y la pena que puede llegar a imponérsele es muy grave".

La sala entiende que "subsisten las sospechas hacia el apelante, en la medida en que no ofrece justificación razonable al hecho de que la niña hubiese sufrido al menos tres intoxicaciones previas y ostensibles, que fueron objetivadas por tres profesoras. Ni tampoco aclaró cuál es el motivo de que hubiese manifestado reiteradamente que en aquellos casos, la somnolencia obedecía a un medicamento que tomaba para la alergia, cuando no se lo había dispensado ningún facultativo, dado que su pediatra manifestó desconocer que la niña tenía alergia". Tampoco consta que adoptara medidas para averiguar la causa del estado anómalo de su hija.

La Audiencia considera que es un hecho incuestionable "por haber quedado acreditado mediante el análisis del cabello" que Asunta sufrió intoxicaciones por lorazepán (comercializado como Orfidal) estando a cargo de ambos progenitores y que al menos en uno de los casos la niña había pasado la noche en casa de Alfonso Basterra, por lo que este episodio en principio "no podría atribuirse a Rosario". Otro hecho incuestionable, según el auto, es que "la muerte de Asunta se produjo como consecuencia de una asfixia por sofocación que se ejecutó cuando se hallaba intoxicada con Lorazepán, lo que condicionó que su voluntad y capacidad de resistencia se hallaran no fuertemente mermadas, sino anuladas".

Por todo ello, la Audiencia concluye que a "falta de respuestas satisfactorias sobre estos extremos, es coherente considerar que Alfonso Basterra no es ajeno a las circunstancias que envuelven la muerte de su hija".

El auto resalta mentiras y contradicciones en su única declaración, falta de colaboración y cierta obstrucción a la Justicia al no aportar el ordenador y el teléfono móvil y califica de "sorprendente" su aparición en un lugar donde no estaban en registros anteriores. Lo que, según la sala, respaldaría la posible manipulación de pruebas en caso de quedar en libertad provisional.

La sala destaca la aparición de nuevos indicios y la declaración de una testigo, una menor compañera de Asunta en clases de francés, que declara haber visto a Alfonso Basterra con su hija en el cruce de General Pardiñas con su hija sobre las seis de la tarde del día del crimen, el 21 de septiembre. Un hecho que "de ser cierto reforzaría los indicios en su contra", pues aseguró que no salió de su casa aquella tarde.

Frente a la "instrucción tendenciosa y preconcebida" del magistrado Vázquez Taín que aduce Alfonso Basterra para pedir su inmediata puesta en libertad, la Audiencia de A Coruña replica con una larga lista de pruebas indiciarias y "hechos incuestionables" .

Entre estos últimos que el análisis del cabello de la niña presenta en 4 centímetros consumo de lorazepán, lo que sitúa el comienzo de la ingesta meses antes de su muerte. Dada la falta de respuestas satisfactorias la sala entiende que "es coherente que Alfonso Basterra no es ajeno a las circunstancias que envuelven la muerte de su hija".

Entre los indicios que apuntan al padre de Asunta la Audiencia estima relevante la causa de la muerte. Según el informe preliminar de la autopsia se produce por sofocación y ente las cuatro y las ocho de la tarde. En las horas previas hubo un consumo "tóxico" de lorazepán y su administración "tuvo relevancia en el proceso de la muerte de Asunta, sino de forma directa sí facilitando la sofocación sin que la víctima pudiese oponer resistencia". Por eso no hay lesiones o marcas de resistencia en el cuerpo de la niña.

Frente a la alegación de Basterra de que la niña no pudo ingerir lorazepán en su casa, pues le habría hecho efecto y no estaría despierta cuando las cámaras la grabaron en el coche de su madre camino de la casa de Teo, la Audiencia esgrime el informe toxicológico. La presencia de lorazepán en el contenido gástrico, según los científicos, implica un consumo reciente y las pequeñas cantidades halladas en la orina que habían pasado más de dos horas desde la ingesta. De estos datos, el tribunal infiere que existe una muy alta probabilidad de que a Asunta le fuese administrado lorazepán en el domicilio paterno.

Por otra parte, Rosario Porto, imputada también en el asesinato de su hija Asunta, se sometió ayer en Santiago al tercero de los siete exámenes psiquiátricos previstos para determinar su salud mental. La revisión se había suspendido hace unos días para asistiera como coabogada de su defensa en los últimos interrogatorios. Aunque se durmió y apenas participó.