Corea del Sur sufrió ayer la mayor tragedia humana de su historia. El naufragio del transbordador Sewol dejó al menos seis muertos y 277 personas desaparecidas, según el último parte confirmado por las autoridades surcoreanas. Entre sus 463 pasajeros, hay 325 estudiantes de bachillerato. Los equipos de salvamento ya han conseguido rescatar a 179 personas. La causa del accidente es todavía desconocida.

La guardia costera del país asiático confirmó que los dos primeros fallecidos eran un estudiante y una mujer de 27 años que formaban parte de la tripulación. Los buzos de la Marina pudieron acceder al casco del barco y confirmaron el rescate de cuatro cuerpos sin vida más. La profundidad del agua en esa zona y la baja temperatura, de 12 grados, está complicando el hallazgo de más víctimas o de supervivientes. El Gobierno de Corea del Norte se teme lo peor, ya que muchos de los pasajeros están atrapados dentro de la embarcación.

El buque Sewol sufrió una aparente colisión a las nueve de la mañana, hora local, a unos 20 kilómetros de la isla suroccidental de Byeongpyung. Dos horas después, el transbordador se había hundido casi por completo.

Los 325 estudiantes de bachillerato que viajaban y sus 14 profesores realizaban un viaje escolar a la isla de Jeju, uno de los principales destinos turísticos del país, al suroeste de la península. A bordo se encontraban también 29 miembros de la tripulación.

Más de un centenar de embarcaciones y aviones, incluidas unidades de la Marina y de los Guardacostas, participan desde ayer en las labores de rescate. El Sewol se encuentra a 300 metros de profundidad y la visibilidad es prácticamente nula, lo que está complicando la labor de los buzos en esta embarcación de más de 146 metros de eslora y 22 de manga.

Según la cadena YTN, que citó a testigos, las autoridades del barco recomendaron a los pasajeros permanecer en sus asientos durante los primeros 60 minutos, lo que podría haberles privado de un tiempo crucial para ponerse a salvo en las dos horas que duró el naufragio. De confirmarse los pronósticos más pesimistas, se trataría de su peor accidente naval de las últimas décadas, con una gravedad similar al ocurrido en octubre de 1993 en la costa oeste, con 292 fallecidos.

La tragedia es aún más desafortunada teniendo en cuenta la juventud de la mayoría de los desaparecidos en un país que lloró la muerte de diez jóvenes universitarios el pasado febrero en el derrumbe de un polideportivo.

La mayoría de los rescatados fueron enviados a hospitales de la localidad de Mokpo, donde varios de ellos recibieron tratamiento por heridas, contusiones, roturas de huesos y quemaduras. Desde allí, uno de los jóvenes rescatados relató que los pasajeros se esforzaban para subir a los pisos superiores del barco, pero era difícil con la cubierta inclinada, ya que el barco volcó lentamente durante las dos horas que duró el naufragio.

Se cree que el Sewol colisionó con algún obstáculo que rompió su casco y abrió una entrada de agua, según relatos de supervivientes, que aseguraron haber oído un fuerte estruendo. Además, varios pasajeros aseguraron que había niebla en el momento de la colisión, lo que ha despertado especulaciones de que el capitán pudo haber alterado la ruta establecida para acortar tiempo.

El Gobierno señaló que no investigará las causas del suceso o posibles responsabilidades hasta que las tareas de rescate hayan concluido.

La mayor parte de líderes mundiales y de las instituciones oficiales enviaron sus condolencias a la presidenta de la República de Corea, Park Geun-Hye, entre ellos el presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy.