Siete meses y medio después de que Asunta apareciese muerta, la instrucción del caso sigue pendiente de nuevas diligencias, según indicó ayer el letrado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren. Los investigadores aún analizarán el teléfono de la casa de Montouto, según indicó ayer Aranguren, quien se mostró sorprendido de que "teniendo tanta importancia el tema de las llamadas telefónicas", los investigadores pidieran aún ahora autorización al juez para investigar el teléfono del chalé.

El letrado fue ayer al Juzgado de Instrucción 2 de Santiago, donde declaró por videoconferencia un empleado del restaurante en el que el hombre cuyo perfil genético coincide con el del ADN encontrado en la camiseta de Asunta supuestamente cenó el día de su muerte. El que se conoció popularmente como el hombre del semen ya no está imputado en la causa.

Como otras veces, la interpretación del defensor de Rosario Porto y de la acusación ejercida por la Asociación Clara Campoamor difirió. El primero sostuvo que en su declaración el camarero dijo "no conocer de nada" al que durante meses fue el tercer imputado del caso ni a su familia y además señaló que no eran clientes "habituales". "Empezaron a serlo a partir de diciembre cuando se conoce la imputación", indicó Aranguren, "para hacerse ver las caras".

Por el contrario, Rocío Beceiro concluye de su testimonio que "es clarísimo" que estaban en Madrid esa noche. Explicó que el empleado "reconoció que las fotos que aportaron son en la terraza del restaurante". "Lo que es importante", subrayó, "es que reconoció su letra en la comanda" aportada a la causa, lo que, a su juicio, sitúa al ya desimputado "en ese lugar ese día".