"Al llegar al lugar del accidente observamos hacia el fondo del terraplén y ni siquiera se veía el coche". Esta frase, pronunciada por un bombero, ilustra a la perfección la espectacularidad del siniestro que sufrió la pasada madrugada un joven de Redondela (Pontevedra) de 36 años que salvó su vida tras precipitarse con su turismo por un desnivel de unos 70 metros en la autovía A-52, a la altura de Ponteareas. Pesa a la aparatosidad de la caída, el propio conductor, que estuvo consciente en todo momento, pudo alertar al servicio de emergencias 112 desde su teléfono móvil.

El rescate, que se llevó a cabo con un sistema de poleas y cuerdas, fue muy complejo y se prolongó casi tres horas. El herido fue izado en una camilla-nido y una ambulancia del 061 lo trasladó a un centro hospitalario: presentaba un intenso dolor en el tórax con dificultad para respirar, por lo que podría haberse roto varias costillas, y también hipotermia debido al tiempo que aguardó en el vehículo, que a punto estuvo de caer a un río, mientras duró el rescate.