El español Enrique Pérez Gómez, buscado por las autoridades españolas por tráfico internacional de personas, fue detenido en el estado brasileño de Goiás cuando supuestamente reclutaba mujeres para trabajar en España. Este estado de Brasil ya ha estado presente en más de una ocasión en investigaciones realizadas por juzgados gallegos que detectaron organizaciones que captaban a jóvenes en esa zona para prostituirlas en clubs. Una de ellas se remonta a hace solo un año, cuando un tribunal de Vigo desarticuló un clan familiar al frente del cual estaba un hombre natural de Ourense.

El detenido en esta ocasión, Pérez Gómez, de 56 años, fue localizado el lunes en la pequeña ciudad de Niquelandia por agentes de la Policía Militarizada de Goiás, que acudieron a la residencia en la que estaba el español para investigar una denuncia de que un grupo de personas estaba reclutando mujeres para trabajar en España. En la casa se "registró en los últimos cuatro días un flujo muy intenso de mujeres jóvenes", según un comunicado de la Policía Militarizada de Goiás.

De acuerdo con la nota, Pérez se identificó a los investigadores como un empresario del ramo de la construcción civil y dijo que su esposa era propietaria de un club para bailarinas en España. La verificación de la documentación permitió descubrir que era buscado por la Interpol, que había emitido dos órdenes de arresto por tráfico internacional de personas para explotación sexual, así como por asociación para delinquir. También tenía una orden de captura de la justicia brasileña por los mismos delitos.

Una de las mujeres que estaban en el lugar de la detención, con un bebé, dijo que había sido reclutada por el detenido para trabajar en España y obligada a prostituirse junto con otras brasileñas, de las que dijo que "eran muy maltratadas", según consta en el comunicado oficial. La misma mujer aseguró que mantuvo una relación con el detenido y que tuvo una hija con él. Según fuentes policiales, el hombre pretendía volver a España con el bebé y con varias jóvenes.