En noviembre de 2013 la unidad contra el crimen organizado de la Policía Nacional Greco-Galicia frustraba el desembarco de uno de los mayores alijos de hachís en las costas gallegas. El pesquero marroquí Óscar II fue apresado cerca del cabo de San Vicente con 10 toneladas de hachís, cuyo valor en el mercado rondaría los 50 millones, cuando iba al encuentro de los lancheros arousanos que debían trasladar la droga a tierra. En aquel momento los únicos detenidos fueron los 13 tripulantes magrebíes del buque nodriza, a quienes la Audiencia Nacional acaba de condenar a penas individuales de 6 años de prisión y multas por importe de 28 millones de euros.

A raíz del fallo judicial, ha trascendido que la denominada operación Montevello se montó en muy pocos días, y es que las fuerzas antidroga tuvieron que actuar contra reloj, aunque tuvieron una ayuda importante: un informante anónimo llamó desde Salamanca al 091 de la comisaría de Pontevedra y alertó del alijo.

No solo facilitó las coordenadas donde se haría el trasvase del pesquero a las planeadoras, sino que aportó los teléfonos móviles del responsable de la trama marroquí y el de la trama gallega, responsable de las planeadoras y que estaba ya bajo investigación en unas diligencias secretas en el Juzgado de Padrón. Por esta la misma magistrada abrió una pieza separada y firmó el mandamiento de abordaje del Óscar II que fue apresado el 4 de noviembre por un grupo del GEO a bordo del patrullero Petrel.