Los colectivos antidroga de Galicia consideran positivo que el juez de Vigilancia Penitenciaria prohíba a Sito Miñanco regresar a Galicia para trabajar, pero también reclaman a que se controle su contrato de trabajo y la empresa que lo contrata.

Carmen Avendaño, presidenta de la Fundación Érguete y una de las madres coraje que plantó cara a los capos del narcotráfico arousano tras vivir el problema en sus propios hijos, reveló ayer que hace quince años, en la Audiencia de Pontevedra, se enfrentó al capo cambadés y éste le dijo: "Ten mucho cuidado cuando des la vuelta a las esquinas". Ella le pregunto: "¿Me vas a pegar un tiro?, y el replicó "yo no, pero ten cuidado". Quince días después, según Avendaño, José Ramón Prado Bugallo volvía a ser detenido por un gran alijo de cocaína.

Aunque manifiesta su "absoluta creencia en la reinserción de las personas", Carmen Avendaño recuerda que Sito Miñanco "nunca vivió de otro oficio que el del contrabando y el narcotráfico". Ve positiva la medida que le prohíbe regresar a Galicia y solicita al juez que haga un seguimiento de "donde va a trabajar y si realmente cobra una nómina".

En cuanto a la "buena conducta penitenciaria y el buen uso de los permisos" que recoge el auto, la presidenta de Érguete reconoce que "en prisión estos personajes suelen ser sumisos, atentísimos y muy educados". "Pero eso no debe hacer olvidar ni a los jueces ni a Vigilancia Penitenciaria el tipo de delitos que han cometido", advierte.

En sentido similar se pronuncia el gerente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico. Fernando Alonso señala que el hecho de que "no pueda volver a Galicia es lo menos que se puede hacer", aunque lo siente "por los sitios en los que vaya a estar" Miñanco. Desde luego, añade, "la salida de prisión de un capo de la droga como Sito Miñanco no es una buena noticia para la seguridad de nadie". "Sito Miñanco ha mostrado hasta la fecha arrepentimiento cero" , expone Alonso, que recuerda que su última detención fue por organizar un desembarco de 5.000 kilos de cocaína aprovechando que se encontraba en libertad condicional tras pasar 7 años en prisión.

El magistrado de la Audiencia Nacional no solo autoriza el régimen de "autogobierno como paso previo al tercer grado" a Sito Miñanco para "valorar su grado de responsabilidad y autonomía y su preparación para la vida en libertad", sino que insta a la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Valladolid que imponga al narcotraficante gallego "una actividad tratamental que repercuta necesariamente en la reparación del daño causado a las víctimas de este tipo de delito". Una regla de conducta que no se especifica y que los responsables de Villanubla deberán desarrollar.

El juez José Luis Castro, que estimó la petición de Prado Bugallo de poder salir a diario para trabajar "fuera de Galicia", considera necesario "evitar el daño que la presencia del interno pueda producir a las víctimas o a sus familiares que actualmente vivan en la zona de la que es oriundo", y estima coherente la petición del propio Miñanco de reintegrarse en la sociedad fueran de su tierra. Esto, según el magistrado "evitará de forma habitual el encuentro del penado con aquellas familias que han sufrido las consecuencias de la actividad delictiva del interno". Castro reconoce así "la famosa generación perdida que en la zona de Vilanova y Vilagarcía de Arousa produjo la muerte de muchos jóvenes como consecuencia del consumo de la droga".