La operación Tabaiba, que en el año 2009 marcó un antes y un después en la lucha contra el narcotráfico en Galicia al desmantelar la mayor organización de narcotransportistas, y que por primera vez sentó en el banquillo de los acusados a los narcos y a los empresarios que les prestaban servicio y avituallamiento en tierra, se cierra con una sentencia que cuestiona la labor de la Fiscalía Antidroga y del propio juez instructor.

El Juzgado Central 6 de la Audiencia Nacional notificó ayer la sentencia contra los 26 procesados: absuelve a los 11 empresarios que vendieron o pusieron a punto los motores de las lanzaderas, a quienes las transportaron por carretera y a quienes facilitaron otros servicios. Considera que no hay pruebas de que supieran a qué iban a dedicarse las embarcaciones, incluida la mayor lanzadera incautada en España, de 20 metros, construida en Italia y abandonada en una playa de Nigrán en febrero de 2009.

Condenados

El tribunal sí considera probada la relación de los otros procesados con las 4,5 toneladas de cocaína intervenidas en el pesquero Doña Fortuna y con los 3.500 kilos que lanzó al mar en Muxía una planeadora al verse descubierta y les impone condenas de entre 9 y 22 años de cárcel. En total impone a los quince integrantes de las dos organizaciones, atribuidas al fallecido Manuel Abal, Patoco y a Juan Carlos Fernández O Parido, penas que suman 158 años de prisión y multas por valor de 3.225 millones de euros. También ordena el decomiso de los bienes de ambas organizaciones, que incluyen una decena de embarcaciones, planeadoras y hasta un pesquero, así como naves y remolques.

La condena más elevada en esta ocasión es para el experto piloto de planeadoras Baltasar Vilar Durán, Saro: un total de 22 años de prisión por dos descargas, una para cada grupo. El tribunal sostiene que dirigía la gran lanzadera del clan de Patoco para recoger la carga del Doña Fortuna -alijo que se juzgó por separado- cuando por un avería varó y abandonó la embarcación en una playa.