Letizia y sus invitados posan junto al ‘Guernica’

La reina ejerce de anfitriona de las parejas de los jefes de Estado | La obra de Picasso es un paradigma de las atrocidades bélicas

Doña Letizia,  con los acompañantes  de los mandatarios en el Reina Sofía| // EFE

Doña Letizia, con los acompañantes de los mandatarios en el Reina Sofía| // EFE / Pilar Santos

Pilar Santos

Los acompañantes de los jefes de Estado de la OTAN y de Gobierno iniciaron ayer su plan alternativo a las jornadas de trabajo de la cumbre. Como es habitual en este tipo de reuniones internacionales, el país anfitrión y, en este caso, la reina Letizia como primera dama, se encargó de organizar actividades para las parejas de los dirigentes.

Letizia y sus invitados posan junto al ‘Guernica’

Conversando con varias consortes en la Granja de San Idelfonso, ayer. / Pilar Santos

La Casa del Rey preparó una visita de buena mañana al Palacio Real de La Granja de San Ildefonso (Segovia) y a la Real Fábrica de Cristales. Todos los invitados llegaron a la ciudad castellana en AVE, menos uno: Jill Biden. Por motivos de seguridad, la esposa del presidente de EE UU hizo el desplazamiento en coche.

El resto, los acompañantes de los dirigentes de Eslovaquia, Turquía, Australia, Chipre, Malta, Corea del Sur, Luxemburgo, Montenegro, Macedonia del Norte, Letonia, Lituania, Albania, Bélgica, del secretario general de la OTAN y de España (Begoña Gómez) utilizaron el tren. En su inmensa mayoría son mujeres, menos en el caso de los procedentes de Eslovaquia y Luxemburgo.

Doña Letizia, que también fue por su cuenta más temprano, les esperó en la Puerta de la Escalera de Nogal para darles la bienvenida. Tras el saludo, se dirigieron a la Sala Victoria, para un breve recorrido por el edificio, en el que les acompañó un guía.

Después pasearon por los jardines, donde vieron la Fuente de las Ocho Calles, se hicieron una fotografía de grupo en Los Baños de Diana y siguieron por la Fuente de las Ranas. El sol caía con fuerza. La primera dama de Corea del Sur, Kim Kun-hee, se protegía como podía con un abanico.

Acabaron visitando la exposición de tapices, donde se pararon frente a la serie conocida como Los Honores, de Pierre van Aelst, el mejor artesano de la corte de Bruselas en el siglo XVI.

Después pasaron a ver el Dormitorio del Rey y acabaron tomando un café en otra estancia. Tras esta visita se fueron a la Real Fábrica de Cristales, que está a un kilómetro, haciendo el trayecto en bus.

En esa instalación la Reina y el resto de invitados escucharon las explicaciones de Javier Ramos, director de la Fundación de la Real Fábrica. La consorte real les llevó a ver los hornos, una exhibición de vidrio soplado, el taller de tallado de piezas y la Sala Polivalente, donde hay una exposición de obras de la colección procedentes de varios países miembros de la OTAN.

Después, volvieron a Madrid para hacer un recorrido por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, donde se hicieron otra foto de grupo delante del Guernica, de Pablo Picasso, la obra cumbre que plasma el horror de la guerra y los bombardeos que sufrió la localidad vasca el 26 de abril de 1937 a manos de la aviación del bando sublevado.

Parada con simbolismo

El gran mural se ha convertido en un símbolo universal de las atrocidades en los conflictos bélicos. Precisamente, el propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, rememoró en una intervención por videoconferencia el pasado abril en el Congreso de los Diputados el bombardeo aéreo que sufrió Gernika para reflejar el sufrimiento de su pueblo tras el ataque ruso.

Como remate a la visita, almorzaron en Nubel, el restaurante del museo. Ahí se sumaron al grupo las dos nietas de los Biden, Finnegan y Maisy, de 22 y 20 años, respectivamente.

El menú, elaborado por Paradones y regado con vinos madrileños, se componía de cinco bocados fríos, entre ellos, sopa fría de cerezas del Jerte, vieira confitada y huevas de arenque; zorongollo extremeño, trucha ahumada y torta del Casar; puerro de Sahagún confitado con tartar de cecina de vaca y blini de anchoa del cantábrico, mazamorra y huevas de trucha.

Jill Biden tenía previsto volver a EE UU ayer por la tarde, así que se perderá la segunda jornada del “plan de acompañantes”.