En el verano de 2021 saltó la noticia de que Javier Olivares, el creador de El Ministerio del Tiempo, adaptaría la novela de Pilar Eyre Yo, el Rey, centrada en la vida íntima de Juan Carlos I. La idea era realizar tres temporadas, de entre diez y doce episodios, y Mediapro se encargaría de la producción. Pero más de un año después de que se anunciara el proyecto, se encuentra parado.

“En España es más fácil hablar de una reina del siglo XV que de un rey del siglo XXI”, ironiza Olivares, que el pasado jueves protagonizó una mesa redonda en el Serielizados Fest junto a la escritora del libro en el que iba a basarse su ficción para hablar de si en España hay censura a la hora de abordar la figura del emérito.

Trabas

¿Por qué está siendo tan difícil hacer un The Crown a la española? El guionista no quiere hablar de “manos negras”. Ni siquiera “de un concepto de maldad” por parte de nadie, porque últimamente se han estrenado dos series documentales que escarbaban en la historia del monarca y su clan como Salvar al Rey (HBO Max) y Los Borbones: una familia real (Atresplayer Premium). Pero considera que el género documental nunca se ha encontrado con tantas trabas como lo están haciendo las series de ficción que quieren aproximarse a la biografía del emérito (cabe recordar que los productores de la serie Homeland también tienen en marcha su propio proyecto sobre el tema).

Olivares tiene claro el motivo: “La ficción da miedo porque tiene metáforas, capas, tú ves algo y piensas qué simboliza”, explica. Y, según subraya, cala más hondo: “El documental cuenta lo que pasó, pero en una serie lo ves y comunicas a través de las emociones, y eso llega más”.

Pone como ejemplo la británica The Crown, “que define mejor a Isabel II que ningún documental”. Una serie, por cierto, que él está convencido de que la monarca —recientemente fallecida— veía y de que, además “se lo pasaba bien” con ella.

Pilar Eyre, por su parte, piensa que la complicación de hacer una ficción sobre el emérito tiene una intencionalidad muy marcada: “Detrás de todas las trabas a las series sobre la monarquía está que la gente no se haga preguntas, que no se plantee para qué sirve la monarquía. Eso no conviene, porque sería tocar el sistema”, afirma.

“Evitarse problemas”

El proyecto de convertir la novela Yo, el Rey en serie de ficción llegó a presentarse a todas las plataformas. Una mostró interés, pero sus abogados decidieron desestimarla para evitarse problemas, algo que todavía no ha llegado a entender Olivares, que remarca que hasta escribió un documento de varias páginas detallando por qué no era denunciable una serie como esta: “Era un chollo, porque la novela no había tenido ningún problema legal”.

El guionista achaca el parón de la serie —momentáneo, porque sobre todo en Mediapro no han perdido la esperanza de que llegue a buen término— al propio mecanismo de la industria televisiva. “Tú vas a una cadena o a una plataforma, leen tu proyecto, miran otros cien, y deciden cuál se hace. No te dicen que no, pero no te vuelven a llamar”, explica Olivares.