Lois Patiño logra el primer premio del cine gallego en la Berlinale por ‘Samsara’

El festival corona a la actriz española Sofía Otero, de 9 años, por ‘20.000 especies de abejas’, que se convierte en la persona más joven en ganar un galardón en este festival

Lois Patiño, ayer, con el premio Encounters. |   // HANNIBAL HANSCHKE/EFE

Lois Patiño, ayer, con el premio Encounters. | // HANNIBAL HANSCHKE/EFE / Mar Mato / Nando Salvá

Mar Mato / Nando Salvá

En los últimos días sonaba en las quinielas de la Berlinale en Twitter y finalmente así fue. El realizador gallego Lois Patiño logró en la tarde de ayer que su arriesgada película Samsara se llevase el premio de la sección Encounters. Es la primera vez que el cine gallego triunfa en el festival de Berlín, donde Patiño (laureado en Locarno años atrás con Costa da Morte) acudía por tercera ocasión con un proyecto tras el largometraje Lúa vermella y el corto El sembrador de estrellas.

El jurado de la sección Encounters —reservada para filmes innovadores— decidió que dos películas de las quince seleccionadas merecían llevarse su premio especial y curiosamente las dos piezas cinematográficas tenían director español: Samsara, del cineasta vigués, y Orlando, ma biographie politique, del filósofo burgalés Paul B. Preciado.

Patiño, en Samsara, explora “la idea de lo visible”, como señaló días antes de acudir al festival alemán. La pirueta narrativa la realiza cuando en la parte central del metraje invita a cerrar los ojos durante quince minutos para seguir experimentando el cine pero de otra manera, a través de la luz que reciben los párpados.

Para esta película —en la que contó con el respaldo del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales del Ministerio de Cultura (ICAA)—, el director vigués rodó en Laos, en un templo budista, con el objetivo de conocer la realidad de los novicios y de sumergir al espectador en un viaje al más allá través de la reencarnación para desembocar en Zanzíbar, en una cooperativa de algas donde trabajan mujeres.

El jurado destacó del filme “su capacidad para embarcar al espectador en un único y trascendente viaje visual y auditivo que va más allá de las convenciones narrativas y explora de una forma atrevida el potencial del medio (cinematográfico)”. En su discurso de agradecimiento, Patiño recordó a Carlos Saura —fallecido recientemente, justo el día antes de la gala de los Goya— y tuvo un recuerdo para varias personas, entre ellas, los productores del filme, la firma vasca Señor & Señora; los directores de fotografía Jessica Sarah Rinland y Mauro Herce.

El realizador vigués, además, resaltó de su película en un discurso pronunciado íntegramente en inglés que es una oda a la “diversidad cultural”, así como a la “curiosidad” comprendida como “el entendimiento del otro”.

Por supuesto, hizo alusión a uno de los retos principales de la película reconociendo que hasta él mismo quedó asombrado cuando vio en la sala a la gente cerrando los ojos un cuarto de hora para seguir el filme, tal y como este propone. “Cerrar los ojos para abrirlos más en profundidad”, señaló visiblemente feliz pero contenido.

El premio que recayó en Samsara fue compartido ex aequo con Orlando, del filósofo Paul B. Preciado que construye en dicho filme, que es su ópera prima, su autobiografía filmada apoyándose en la obra Orlando, de Virginia Woolf, para tratar la problemática queer y trans ante el juicio al que es sometida por la sociedad, la presión por lo binario por parte de la administración.

Aunque Preciado firma el guion y dirección de la película, el filme es de factura francesa, encargo del canal ARTE. Además del premio especial de jurado de Encounters logró también una mención especial al mejor documental; el Teddy Award al mejor documental, y el premio de los lectores de Tagesspiegel”.

Otra de las grandes triunfadoras de la noche fue la pequeña Sofía Otero, de nueve años, que recibió el premio a la mejor interpretación protagonista por su papel en 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola Solaguren.

Nunca es bueno dejarse llevar por el triunfalismo, y eso es especialmente cierto al hablar de algo tan voluble como el estado de salud del cine español. Pero se hace difícil no caer en la tentación de hacerlo si se ve cómo nos está malcriando la Berlinale.

Solo un año después de que Carla Simón ganara el Oso de Oro a la Mejor Película con Alcarràs, y pusiera fin así a una sequía de 35 años en los que el cine hecho en España permaneció ausente en los sucesivos repartos de premios del certamen alemán, anoche Sofía Otero se hizo con el Oso de Plata a la Mejor Interpretación Protagonista gracias a su trabajo en 20.000 especies de abejas, el primer largometraje de la vasca Estibaliz Urresola Solaguren. A sus nueve años —rodó la película con ocho— se convierte así en la persona más joven en obtener un galardón en la historia de este festival.

La presencia en el palmarés de 20.000 especies de abejas se daba por hecha desde que la película, retrato de la incomprensión familiar y social que sufre una niña aquejada de disforia de género, fue presentada aquí el pasado martes. Las quinielas, eso sí, no preveían que su vía de acceso a él fuera concretamente el trabajo de Otero, posiblemente porque los premios a actores y actrices infantiles ni son frecuentes en los festivales ni tienen buena reputación.