La sal es fundamental para los animales. Es la principal fuente de sodio de los humanos, y también de otras muchas especies, aunque su consumo excesivo pueda derivar en enfermedades del corazón.

¿Y las plantas?

No obstante, al esparcir sal gruesa alrededor de la planta, podrás evitar que las hormigas la ataquen. Además de la pimienta, el ajo en polvo o la canela, la sal también resulta muy eficaz para repeler de forma natural a las hormigas.

Además, la sal también ahuyenta a los animales que podrían dañar directamente la planta, como las babosas o los caracoles. Muchas criaturas de piel suave y húmeda evitan la sal debido a que tiende a deshidratarlas.

Al esparcir generosamente un puñado de sal, preferiblemente gruesa para evitar su absorción por el suelo, alrededor de la planta, lograrás mantenerla libre de hormigas, babosas, caracoles y cualquier otro animal reptante que pueda representar una amenaza para su bienestar.