El papa Francisco instó el viernes a los jóvenes que asistieron a la procesión del Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa a "correr el riesgo del amor". "Nadie tiene más amor que el que da la vida", dijo Francisco dirigiéndose a los jóvenes en un colorido encuentro de unos 800 mil jóvenes en un parque del centro de Lisboa. "Eso es lo que Jesús me enseñó", añadió. Y continuó confesando que "lloro de vez en cuando". "Hay cosas en la vida que me hacen llorar", dijo, e invitó a los jóvenes a hablar con Jesús en silencio para contarle por qué ellos también lloran. A continuación, Francisco terminó su discurso con una llamada al amor, instando a todos los jóvenes a asumir el "riesgo del amor." "Amar es arriesgado", dijo, "pero vale la pena correrlo", añadió. Tras su discurso inicial, un grupo de jóvenes representó el Vía Crucis en una escenografía repleta de bailes e interrumpida por testimonios del problemático camino de algunos hacia la fe. La cruz fue tomada por turnos por los miembros del grupo de jóvenes, que treparon por el escenario en forma de castillo hasta la cima para simbolizar la pasión de Jesús. La procesión del Vía Crucis consta de 14 estaciones y representa el viaje de Jesús al Calvario y su muerte en la cruz. Francisco se encuentra en Portugal para un viaje de 5 días durante el fin de semana para presidir el jamboree que San Juan Pablo II lanzó en los años 80 para animar a los jóvenes católicos en su fe. El jesuita argentino ha recogido con gusto el testigo de Juan Pablo II para inspirar a la próxima generación en sus prioridades clave en materia de justicia social y medio ambiente. Viajará al santuario católico de Fátima el sábado y después celebrará una vigilia al aire libre el sábado y una misa final el domingo por la mañana.