Como cada año, los relojes de la población europea entrarán en el conocido horario de verano el próximo 31 de marzo (madrugada del sábado al domingo). Pese a que ha habido varios intentos de acabar con una costumbre que comenzó en los años 70 –durante la primera crisis del petróleo, cuando algunos países decidieron ahorrar energía aprovechando las horas de luz solar en los meses de verano–, la decisión de acabar con el cambio de hora cada medio año todavía no se ha adoptado. Sigue entre los asuntos pendientes de las instituciones europeas.