-¿Por qué ha elegido el periodo del primer tercio del siglo XIX para su estudio?

-Porque me llamó la atención la riqueza documental que tiene A Coruña en esa época. Además, soy por naturaleza y tradición familiar liberal y en esta época es cuando se enfrentan liberales y absolutistas.

-A Coruña "fue el paradigma de todas las contradicciones" de esta época, escribe usted.

-Sobre todo la burguesía, que por un lado era liberal y defendía la separación de poderes y participó en las Cortes de Cádiz -aunque los representantes coruñeses en Cádiz no estuvieron nada brillantes- y, por otro, era una burguesía tradicional, muy pegada al antiguo régimen en costumbres familiares y religiosas.

-Con la liberalización del comercio, el puerto de A Coruña cobró un auge extraordinario y surgió una burguesía comercial.

-Las Cortes de Cádiz supusieron el fin de la sociedad estamental y el comienzo de una sociedad de clases en la que la burguesía encontró su propio espacio. La economía ya no se basaba en la agricultura sino en el comercio y en la industria, y A Coruña tenía unas circunstancias especiales para el comercio.

-¿Qué clase de comercio?

-Fundamentalmente, de reexportación. En A Coruña hubo varios intentos industriales importantes pero fracasaron en su mayoría. Se reexportaban productos de otras regiones españolas o de otros países a América y, a su vez, se traían de allí otros para reexportar.

-El puerto coruñés fue un polo de atracción para emprendedores de muchas partes.

-Vinieron de toda España a la sombra de los correos marítimos, fundamentalmente catalanes y vascos, pero también riojanos, asturianos, algún valenciano...

-Se hicieron grandes fortunas.

-Surgieron fortunas como las de Barrié o Martín de Torres Moreno, un comerciante muy importante que se valoró menos que a Barrié a pesar de su elevado volumen de operaciones mercantiles, y que es el antepasado de los Torres y Sáez.

-Uno de los grandes negocios de la época pero del que se habla poco es la trata de esclavos.

-Las grandes fortunas eran negreras. Barrié, como Romeu, Adalid, González del Valle o Canellas, y otros muchos, hicieron su fortuna con el comercio de esclavos. Romeu tiene una frase muy graciosa, dice que la trata de negros 'es un comercio muy rentable porque la mercancía es barata y el coste pequeño'. Es algo que hoy no solamente nos llama muchísimo la atención sino que consideramos que es una actividad denigrante. Pero es muy curioso porque hasta hace poco no se habló en España -salvo algunos historiadores- de la trata de esclavos. Atribuimos la trata a otros países, como Inglaterra, y ahora está saliendo a la luz la de España. Las fortunas coruñesas más importantes, con excepciones, como Torres Moreno, Pedro de Llano o Ezcurdia, eran liberales y no tenían una actividad de trata de negros tan importante como la de Barrié, Romeu y otros muchos. La Revolución Francesa abolió la esclavitud y España, pese a abolirla también en el papel, la mantuvo en sus colonias de forma oculta: desembarcaban de noche con la anuencia del capitán general, que hacía la vista gorda.

-¿Por qué fracasaron los intentos de industrialización?

-Porque no había especialistas. En el cementerio coruñés hay muchos nichos abandonados con apellidos extranjeros y muchos de ellos corresponden a técnicos que vinieron a trabajar a la fábrica de vidrios Adalid, o a la industria textil.

-¿La burguesía coruñesa arriesgaba poco y prefería invertir en tierras que en industria?

-Invierte en tierras porque fracasan el comercio y el liberalismo político. El burgués ve la posibilidad de un comercio importante con América porque el liberalismo implica librecambismo, pero el regreso de Fernando VII y su falta de pragmatismo aborta esos intentos y la burguesía se refugia en la compra de tierras.

-No hay una reforma agraria y pervive el régimen feudal.

-Prueba de ello es la compra de tierras. No compraban la propiedad, sino la posesión. El verdadero propietario de la tierra era el señor feudal y el campesino la trabajaba y pagaba unas rentas al señor. Lo que hacen muchos de estos comerciantes es comprar las rentas.

-¿La burguesía coruñesa era muy endogámica?

-Totalmente endogámica. Los matrimonios se celebraban entre los miembros del mismo grupo comercial. Tuve la curiosidad de coger una guía de teléfonos y de buscar algunos de los apellidos de esta época y comprobé que la mayoría desaparecieron, quizá por eso. Eran muy cerrados. Y no sólo la alta burguesía, también la pequeña.

-¿Esa burguesía accedió con facilidad al poder?

-Sí, cada vez que triunfaba el liberalismo. Desde 1812 a 1814, que estuvieron en el poder los liberales, y de 1820 a 1823. A Coruña es, con Cádiz, la cuna del liberalismo. El primer baluarte es Cádiz y el segundo, A Coruña. Pero así como en otras ciudades hay una lucha encarnizada entre liberales y absolutistas, aquí convivían a pesar del enfrentamiento ideológico.

-¿Cómo era la vida cotidiana?

-Había grupos que vivían muy bien y otros menos bien en el estamento burgués, y mucha pobreza. Pero la burguesía era generosa. Encontré una disposición según la cual las firmas comerciales se comprometían a dar un tanto al mes para evitar la mendicidad callejera.

-¿La situación de la mujer?

-La mujer coruñesa fue pionera en hacerse con las riendas del negocio. Rubine, por ejemplo, mantuvo la importancia económica gracias a su viuda, Ángela Firpo. O Llano. O Gaite. Y cambiaban el nombre: Viuda de Ceballos e hijos.