Carlos Latre está de gira con su último espectáculo, Yes, we Spain is different. El humorista ha refinado el arte de la imitación hasta el punto de poder con 100 personajes, nada menos, en hora y media de espectáculo. El suyo es un logro fruto de perseverancia, observación y disciplina.

-Teniendo en cuenta lo agitada que está la actualidad política, ¿tiene que renovar su espectáculo en cada actuación?

-Sí. Ahí radica parte de la dificultad de Yes, we Spain is different. Tenemos un trabajo de actualización diaria, semanal y local. Lo de local lo digo porque, allí donde vamos, personalizamos los temas. La gente siente mucho más cercano el humor si se trata de temas próximos. Y eso dota de mayor comicidad la trama.

-¿Quién cobra más protagonismo, Ana Mato o Iñaki Urdangarín?

-Tal y como están las cosas, a la par... La función parte de una base muy surrealista pero, desgraciadamente, cada vez más real, a partir de donde se erige una historia con protagonistas de todos los ámbitos. No solo políticos, también estrellas de la televisión, del mundo social y cultural...

-¿Cuántas imitaciones realiza en total?

-100. Ese fue el objetivo desde el principio. En 2011, cuando arrancamos Yes, We Spain lo hicimos con 70 personajes. Ya de por sí la actualidad pedía introducir cada vez nuevas y más variadas voces... Llegar a 100 era casi un reto personal. ¡Y lo logré!

-Tal y como está todo, ¿es mejor reír que llorar?

-Absolutamente. No se puede imaginar la gente que me agradece el rato que les hacemos pasar. Es uno de mis mayores orgullos. Que al salir del espectáculo el público se me acerque y me dé las gracias. Me comentan que, durante una hora y media, se han olvidado de sus problemas diarios... Son necesarias pequeñas dosis de oxígeno en un ambiente tan cargado de crisis, corrupción y mal rollo en general.

-¿Algún famoso se ha enfadado con usted tras verse imitado?

-No, para nada. Nunca he tenido problemas en ese sentido. También diré que me gusta ser respetuoso con mis imitaciones. El humor tiene un límite y creo que no es necesario caer en el mal gusto ni herir a nadie para hacer reír.

-¿Cree que, tal y como pronosticó el primo de Bush, España acabará siendo una república?

-¡Todo podría ser! No corren buenos tiempos para nadie... Ni para la casa real que hasta ahora parecía intocable e inmune a todo... ¿Sería premonitorio el discurso de Bush? No me lo había planteado.

-¿Se aventuraría a volver a tener su late-night como Latrevisión?

-¿Por qué no? Desde muy joven decidí arriesgar. Y creo que todo lo que he hecho, lo bueno y lo malo, me ha servido para crecer y aprender. Ahora, con más años y mucha más experiencia, tendría mucho más que aportar.

-¿Cuándo vio que tenía talento para esto?

-Desde niño. Mis padres se dieron cuenta antes que yo, cuando recibían llamadas del cole informándoles de que me habían castigado por imitar a los profes o a los compañeros... ¡Ja, ja! Jamás creí que se convertiría en mi profesión.