Teresa Cortés García es creyente, pero la situación de la Iglesia actual le ha "obligado" a dejar de ser practicante. Teresa Cortés conjuga su activa vida laboral como autónoma, de ésas que casi no le dejan ni comer ni contestar el teléfono, con la presidencia del Movimiento Pro Celibato Opcional (Moceop). "Estamos presentes en toda España, pero estamos poco organizados porque la Conferencia Episcopal nunca da datos oficiales del número de secularizados. Hacemos encuentros y asiste gente de todas las provincias. Además, nos unimos a otros movimientos y hacemos reuniones a nivel internacional", explica.

-¿Cómo nació Moceop?

-Se fundó en 1977. Un cura de un barrio de Madrid se quería casar y los feligreses de su parroquia no entendían que tuviera que dejarla por eso. Decidieron reunirse y elaboraron un escrito pidiendo a la Iglesia que abordara ese problema. De ahí surgió el movimiento.

-¿Cuántas personas forman parte de él?

-Hay más de 3.000 personas con participación activa. Hay sacerdotes casados, célibes, seglares... de todo.

-¿Han variado los objetivos desde la creación?

-Aunque el objetivo es el celibato opcional, nos dimos cuenta pronto de que teníamos que ir a una reforma más profunda e integral de la Iglesia. Ya desde hace años perseguimos un modelo basado en la igualdad de la mujer, en la creación de pequeñas comunidades que funcionen y en las que se decida a quién se quiere como presidente. Tiene que ser algo que sirva al mundo de hoy. Tal y como está concebida la iglesia, no tiene nada que ver con el mundo de hoy.

-¿Qué le parecen las últimas palabras del Papa, en las que dejaba la puerta abierta al estudio del celibato opcional?

-No tengo mucha esperanza en el papa Francisco. Él tiene alguna intención de hacerlo, pero la curia no le va a dejar. Es bueno que lo diga, eso es un paso, pero por todo lo que le rodea es muy difícil que pueda actuar.

-¿Siempre ha sido así?

-Desde 1977 y hasta mediados de los años 80 fue cuando estuvimos más cerca. Había un obispo que, aunque no lo manifestaba abiertamente, estaba de acuerdo y nos apoyaba. Pero, con Juan Pablo II hubo un retroceso enorme del que no nos hemos repuesto. Fue un mandato retrógrado y empobrecedor.

-Su organización, ¿es aceptada por la Iglesia?

-No. Somos un movimiento no grato. Estamos en la lista negra porque les cuestionamos continuamente sus cimientos.

-Pero ha dicho que hay sacerdotes dentro. Si la Iglesia lo sabe, ¿qué puede pasar?

-Ha habido mucha gente que ha sufrido represalias por pertenecer al grupo. Por ejemplo, curas casados que eran profesores de religión. Cuando la Iglesia se enteró de que pertenecían a Moceop, los echó y se quedaron sin trabajo de un día para otro.

-¿Cree que si se eliminara el celibato obligatorio los curas casados volverían a la Iglesia?

-Los sacerdotes de nuestro movimiento no, terminaron muy escaldados y arrastran mucho sufrimiento. Nosotros no pedimos que sean curas, pedimos que tengan derechos. Tal y como está el sacerdocio ahora es como si fuera una casa, un grupo de privilegiados. Lo que queremos es gente al servicio de las comunidades, no una figura que vive al margen de lo que pasa a su alrededor y que ni siente ni padece.

-¿Qué opina de la carta que un grupo de mujeres enamoradas de sacerdotes enviaron al Papa?

-Es un grito de dolor y de indignación. Están saturadas, hartas, no pueden decir que tienen marido y los hijos no pueden decir quién es su padre. No pueden vivir su amor nunca a la luz del sol. Eso hay que evitarlo a toda costa.

-¿Cómo trata la Iglesia las rupturas del celibato?

-Es una hipocresía total. La Iglesia lo sabe, pero intenta que no se haga pública la relación. Solo cuando el cura no acepta la doble vida es cuando le dan la secularización. Si no eres casto, sé cauto. Esa es la norma.

-¿Afecta el celibato a los casos de pederastia?

-Indudablemente lo favorece. Si se eliminara la obligatoriedad, bajarían los casos de pederastia dentro de la Iglesia.

-¿Está abordando el Vaticano bien este asunto?

-Algo está haciendo, pero no lo suficiente. Cuando descubre un caso de pederastia, cambia al cura de sitio y listo. Deberían llevarlo a los tribunales. Los curas no tienen que ser diferentes, y menos en eso.

-¿Cómo ve el futuro de la Iglesia?

-La gente cada vez está más lejos de ella. Los curas que salen vienen de los movimientos más conservadores de la Iglesia. Al final, solo quedarán los que estén de acuerdo con ellos.