Coque Malla, exmiembro de la banda Los Ronaldos, tocará mañana a las 22.30 horas en el castillo de San Antón de A Coruña, en el programa de ampliación del Noroeste Pop Rock.

-¿Viene como Coque Malla o como Rubén Blades, del que sacó este año un disco de versiones?

-(Ríe). No, como Coque Malla. Lo de Rubén Blades lo grabamos en 2012 casi como para tenerlo de recuerdo. Ahora la compañía lo ha querido sacar y nos parecía que tenía sentido aprovechar que se editaba para volverlo a hacer cuatro días en el Café Central. Pero no se va a volver a hacer. Este año no iba a tocar, iba a desaparecer, quería dedicarme a grabar el próximo disco, que es complejo, y quería tiempo para hacerlo con mucha calma, y que quedara perfecto. No iba a tocar. Pero Live Roof, una gira que organiza conciertos en terrazas de hoteles, me ofreció participar, y se me ocurrió tocar las canciones antes de ser grabadas y de que nadie las escuchase. Ofrecerlas totalmente desnudas al público. La idea se ha prolongado a algunos conciertos, no muchos. La idea es ir a A Coruña con algunas de las canciones nuevas, habrá de las viejas también.

-¿Con desnudas se refiere a que se va con menos instrumentos que en el disco?

-El concierto es acústico, vamos un pianista y yo. Pero digo desnudas en el sentido de que no están terminadas en estudio, abiertas a que pasen cosas. Lo interesante es que lo que ocurra en los conciertos al tocarlas influya en cómo vamos a acabarlas. Se sienten cosas al tocarlas y ver la reacción de la gente, de la que se puede sacar ideas y conclusiones.

-¿Quiere hacer evolucionar el disco con feedback

-Algo así.

-Su último disco estuvo dedicado a las mujeres. ¿Este tendrá un concepto director?

-No, no. Tiendo a hacer discos donde el concepto tiene muchísima importancia. Termonuclear era así, Mujeres más todavía. Pero este disco se va a parecer más a La hora de los gigantes, una colección de canciones muy eclécticas. Las hay con muchísimo dramatismo, muy emocionantes y líricas; algún rock and roll muy salvaje y crudo; una canción que es solo piano y cuerdas? Rondaba en el estudio esa idea de no concepto y de que aparentemente las canciones sean dispares entre sí, que casi podrían ser de grupos distintos.

-Apararentemente, pero ¿con un fondo común?

-Pero no pensado, en absoluto. Hay discos en los que empiezas a hacer las canciones y de repente aparece. En Mujeres fue primero el concepto: yo voy a hacer un disco donde hable de mi relación con las mujeres. Y a raíz de esa idea se construyó el disco. Pero espero que al final todo se junte cuando esté acabado y el disco tenga una idea y un hilo conductor. Si no lo tiene, no pasa nada tampoco.

-¿Le consume muchas energías hacer canciones?

-Hacerlas no tanto, pero el proceso de producción, reunir a la banda, pasarles las canciones, ensayar, y sobre todo el estudio, me destroza. Lo disfruto, pero es demoledor. Soy feliz cuando el disco está terminado, la gira ensayada y empiezo a tocar. La gira es cansada, pero son casi como vacaciones.

-¿Cuánta perspectiva necesita para darse cuenta de que lo que ha hecho es bueno o malo?

-Suelo tener un fogonazo de buena valoración cuando ya hemos acabado las mezclas y ha pasado un tiempo. De repente clic, lo empiezo a escuchar como si fuese de alguien. Y ahí te viene el subidón de flipar con el disco. Luego, de repente, no lo puedo volver a oír y no lo oigo ya jamás. Igual me lo pongo a los cuatro años... Hasta que no lo acabo totalmente pienso que es un horror. Creo que eso es una enfermedad de los que hacemos discos, que es lógica y parte del proceso.