Carles McCragh i Prujà es abogado laboralista y penalista y un firme activista en la defensa de los Derechos Humanos. Vicepresidente de la Fundación de la Abogacía para los Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española.

-¿Están en riesgo los Derechos Humanos?

-Permanentemente. No se puede bajar la guardia. Se está produciendo una deriva muy conservadora y, por ejemplo, hay personas contrarias al refugio y a dar asilo a quienes huyen de guerras, de la persecución, de la violencia. Ahí está Turquía, que quería implantar la pena de muerte, o el caso de Nadia Munar. Cuando me contó su historia como esclava sexual de los yihadistas... es escalofriante. Las mujeres son utilizadas como armas de combate en los conflictos armados, y ahí está el tráfico y la trata de personas... ¿Cómo humanamente se pueden consentir estas cosas?

-¿Es culpa de la falta de actuación eficaz de los gobiernos?

-No hay voluntad política. La sociedad civil está mucho más concienciada que cualquier gobierno y está actuando. Los gobiernos actúan sólo por la presión social, porque existe esa demanda. En España hay personas que de forma clandestina viajan a lugares en conflicto, se traen a gente y la esconden. Éste es uno de los países más solidarios y que más trabaja en los campos de refugiados. Son muchos quienes van allí para ayudar. Pero el proceso para traer a aquellas personas es muy difícil. Si burocráticamente fuera fácil, no harían falta esos campos.

-La Fundación también trabaja con presos españoles en cárceles de Sudamérica y Asia.

-Hemos sacado a casi 90 presos españoles de cárceles de Ecuador. Algunos habían cumplido su condena, pero carecían de recursos para realizar los trámites legales que le permitieran volver a España. Y otros que cumplían las condenas de allí en cárceles españolas, hemos logrado que se les reduzca la pena. Ahora vamos a empezar a trabajar en Perú. La crisis económica provocó que muchas personas buscaran recursos en la droga, y eso trajo serias consecuencias.

-¿Puede relatar algún caso?

-El de una mujer andaluza que tenía cuatro hijos. Al tener niños estaba en una casa prisión en una especie de campo de concentración. Era violada sistemáticamente por los vigilantes y estaba en peligro de muerte. Conseguimos contactar con una profesora en enero de 2016 que nos ayudó y en junio conseguimos que la familia al completo volviera a España. Ahora está en la cárcel con sus hijos y parece otra persona.

-¿Estamos en una recesión económica y también moral?

-Estamos en un periodo de recesión muy importante de ideales, de marcha atrás en los Derechos Humanos. Vamos hacia una sociedad menos tolerante, y por eso posturas casi nazis se permiten e incluso ganan.

-¿Donald Trump?

-Él ha ganado. Y por poco todos hemos perdido el proceso de paz en Colombia, se impuso el Brexit... Ahí están Austria, Alemania, incluso Francia. El socialismo ha fracasado y no es paradigma de nada, por eso se ve como solución la derecha o la derecha más conservadora.

-¿Por qué esta deriva?

-El miedo, la falta de políticos que sepan estar a la altura y la crisis económica. Ante el miedo la gente se vuelve conservadora y lo suyo es lo más importante. Que es verdad que es importante, pero no se puede olvidar que también hay otras cosas que lo son.

-¿Los jóvenes de ahora son más conservadores que las generaciones anteriores?

-Nuestros jóvenes no han sufrido y le quedan muy lejos las circunstancias históricas que permitieron que vivieran así. Hay poca educación y poca cultura. Si hubiera más, habría menos necesidad de justicia. Les hemos sobreprotegido en exceso y no han tenido necesidad de nada. Tendría que ser obligatorio que fueran un mes a un campo de refugiados o a algunos países para ver cuál es la realidad de una parte importante de la humanidad.

-Pero hay muchos muy solidarios pese a que el futuro para la juventud es muy incierto.

-Sí. No les damos un horizonte, un futuro, y eso es culpa de todos. Y es verdad que sigue existiendo una parte importante de juventud muy solidaria y que entiende que son la esperanza.

-La imagen de los abogados es la del que litiga para cobrar, pero no como grandes defensores de los derechos humanos.

-Ya, pero el abogado es quien más cree en ellos, porque el derecho a la defensa ya es uno. Todas esas sentencias que están saliendo sobre las cláusulas suelo y la pobreza energética, por poner algunos ejemplos, a qué se deben. Pues es sencillo: no existiría una sentencia pionera sin una demanda pionera. Y eso lo hacen los abogados.

-Pero defender a algunos delincuentes...

-Todo el mundo tiene derecho a la defensa, porque si no, en un estado democrático, no se le podría condenar.