En 2018 se cumplen cien años del nacimiento de Pedro de Llano -Bocelo- y veinte de su fallecimiento. Es una buena ocasión para subsanar un olvido, difícilmente compresible, de una personalidad enormemente relevante del periodismo de A Coruña y de Galicia en la segunda mitad del siglo XX.

Bocelo fue una persona con gran reconocimiento popular y social que dirigió, en A Coruña, La Voz de Galicia y El Ideal Gallego y, en Lugo, El Progreso. Fue jugador del Deportivo y toda su vida estuvo muy ligado al club. Fue uno de esos periodistas de raza y oficio que, de hecho, han contribuido substancialmente a que esta profesión sea lo que hoy es.

Sin embargo, un clamoroso silencio, que pudiera lograr el olvido, se cierne sobre esta persona, tan importante en nuestra reciente historia colectiva y que jugó un papel muy significativo desde su actividad pública como periodista.

En mi opinión no estamos sobrados de referencias estimulantes y ejemplares, sobre todo durante un tiempo gris de mordaza y miedo. Necesitamos colectivamente ejercitar nuestra memoria colectiva para mejor comprender, para rescatar valores esenciales para la convivencia y para mejorar nuestro presente y nuestro futuro.

Por todo ello creo que los gallegos, y más concretamente, los coruñeses debiéramos aprovechar los aniversarios del nacimiento y la muerte de Bocelo del próximo año 2018 para rescatar la memoria de Pedro de Llano, recordar su obra y su trayectoria vital y profesional y para agregar esta figura a la nómina de nuestras referencias ejemplares colectivas.

También creo que hay instituciones muy importantes en A Coruña y Galicia que están directamente concernidas y podrían y deberían promover y encabezar la recuperación pública de esta figura durante el próximo año.

Una iniciativa de este tipo sería, sin duda, un excelente servicio a la ciudadanía, sobre todo a las generaciones más jóvenes que se han visto perjudicadas por nuestro incomprensible y negligente silencio que genera olvidos injustificables. Estamos a tiempo.