El jefe de estudios y el director técnico del colegio Liceo la Paz responsabilizaron de la muerte de Diego Novo, de cuatro años, al monitor que coordina la piscina y a los propietarios del centro. Los dos declararon ayer como testigos en el Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña, que es el que investiga el fallecimiento del alumno.

La magistrada les interrogó para saber quién se encarga del control de las personas que trabajan en la piscina y aseguraron que es competencia del coordinador, que es el responsable, según ellos, de los temas deportivos del colegio. El abogado de la familia de la víctima, José Luis Gutiérrez Aranguren, les preguntó si la dirección del Liceo desconoce las medidas de seguridad y el control que hay en las clases de natación. El jefe de estudios y el director insistieron en que ellos no tienen ninguna responsabilidad en la muerte de Diego Novo y aseguraron que son los propietarios del colegio los encargados de que se cumpla el protocolo de seguridad.

El monitor que se encarga de coordinar las clases en la piscina, según el centro, es un licenciado en INEF y entrenador superior de natación. Esta persona está imputada por el fallecimiento del menor. La plantilla está formada por cuatro monitores más titulados, todos ellos también socorristas, además de otra persona que sólo es socorrista.

La juez de Instrucción 3 citará para declarar como testigos, "sin perjuicio de lo que resulte de la investigación" a los propietarios del Liceo, a los que acusaron ayer el jefe de estudios y el director técnico de la escuela de ser responsables de la seguridad en la piscina. La magistrada continúa sin recibir el informe que la policía pidió el día de la muerte de Diego Novo, el 30 de marzo, a la Inspección de la Consellería de Educación encargada del Liceo. Otro de los documentos que los abogados esperan es el informe definitivo de la autopsia, que reveló que el niño murió ahogado.

El colegio, tras el fallecimiento del alumno, modificó las normas de seguridad para que los niños entren en la piscina. El centro decidió también contratar un monitor más para las actividades acuáticas. En la carta que la escuela envió a los padres de los alumnos para informarles sobre estos cambios no se menciona ni una sola vez la muerte por ahogamiento del niño de cuatro años. En el escrito el Liceo insiste en que "la piscina y su funcionamiento cumplen con todos los requisitos establecidos por la legislación vigente".