Si alguien desconoce dónde se encuentran los juzgados de la ciudad y pregunta cómo llegar hasta ellos, la respuesta inmediata llegará en forma de otra pregunta. Porque para indicar correctamente habría que conocer primero a qué juzgados se refiere quien los busca. En lugar de una zona que concentre todos los organismos judiciales coruñeses, al estilo de las llamadas ciudades de la justicia que se proyectan por todo el territorio español, las instituciones en la ciudad se encuentran dispersas por varios puntos. Lejos de adaptar la tendencia a la centralización de otros lugares, la administración de Justicia local opta por repartirse cada vez más por el mapa de A Coruña. La solución, parece, radica en la cesión por parte del Ayuntamiento de la antigua Fábrica de Tabacos para albergar todos los tribunales de la ciudad. O no.

Y es que a la satisfacción despertada en buena parte de los representantes judiciales con el anuncio municipal se unen los temores a que esta posible nueva sede, a falta de la confirmación oficial de la Xunta, que es quien tiene la última palabra en materia judicial; no haga sino aumentar la dispersión de las instituciones encargadas de impartir Justicia.

Con la Audiencia Provincial y el edificio de Nuevos Juzgados situados a la entrada de la ciudad, y el Tribunal Superior de Xustiza (TSXG) de Galicia en su sede histórica de la plaza de Galicia, la veda de la dispersión la abrió el traslado de los juzgados de lo Contencioso-administrativo hasta el edificio Proa de Matogrande. Aquello generó malestar entre los jueces y los procuradores, principalmente. Menos oposición, no obstante, despertó otro traslado, en este caso el del Registro Civil desde el edificio de Nuevos Juzgados hasta la céntrica plaza de Vigo, en las antiguas salas de los cines Equitativa. Será porque, casi siete meses después de la fecha prevista, las oficinas continúan en su ubicación original. El motivo se encuentra en los problemas económicos que atraviesa la empresa constructora. Pero es que en el espacio que anteriormente ocupaban las butacas del cine no sólo está previsto que funcione el Registro Civil, sino que también está programado que allí se reubique el Juzgado de Violencia contra la Mujer. De nuevo, dispersión. Con todo lo que ello implica.

Dichas implicaciones, para el decano del Colegio de Procuradores, Juan Carlos Sánchez, se resumen en una sola cuestión: costes más elevados. "A mayor dispersión -advierte-, mayor gasto". Aparte de lo que haya supuesto para cada uno de sus colegiados (ejerciendo son 122) el traslado de los juzgados de lo Contencioso-administrativo a las oficinas del edificio Proa de Matogrande, Juan Carlos Sánchez subraya también el incremento de gastos que supone para los organismos públicos. "Piensa -explica- que todas las notificaciones que se hacen al Colegio de Procuradores se realizan a través de un servicio postal". Todo ello se manifiesta, como recuerda el decano de los procuradores, cuando todavía no se conoce con seguridad cuál va a ser la decisión de la Xunta sobre el ofrecimiento que le ha llegado desde María Pita. Si el Gobierno gallego acepta y se aprovecha la antigua planta de producción de cigarros para la reorganización del partido judicial, se aumentaría, según Juan Carlos Sánchez, la "dispersión judicial que hay ahora"; de utilizar el antiguo edificio de la Fábrica de Tabacos para construir la ciudad judicial coruñesa, otra de las posibilidades planteadas por el decano de los procuradores, éste sería "insuficiente". No bastaría, en su opinión, para centralizar todos los juzgados de la ciudad y acabar con la dispersión existente hoy en día.

Otras voces, en cambio, consideran que la rehabilitación del edificio de Tabacos, sería la solución para disponer de una vez por todas de unos servicios judiciales centralizados. "La dispersión la tenemos ahora", manifiesta el juez decano, Antonio Fraga Mandián, quien encuentra "sublime" la oferta formulada por el Concello. "Tendríamos que ver si el edificio es favorable para albergar toda la Audiencia y los juzgados", matiza Fraga Mandián. Habría que ver, en definitiva, si la Fábrica de Tabacos, con todas las obras de rehabilitación que serían necesarias, es el lugar idóneo para recibir a las más de cuatrocientas personas que trabajan en Nuevos Juzgados y las alrededor de 150 que hay en la Audiencia Provincial. Estaría por ver si la centralización en este lugar provoca que el medio centenar de personal judicial de Matogrande se traslade también a la antigua factoría pegada al puerto.

El traslado que acabe con la dispersión está en el aire, en espera de que la Xunta decida si es una alternativa "viable". El juez decano cree que lo es, que es el "emplazamiento más idóneo", pese a las "reticencias" que pueda generar. El decano del Colegio de Abogados, Jesús Varela, también lo cree, a pesar de comprender que, como afirman otras partes, esto podría aumentar también la dispersión que sufre la Justicia en la ciudad. Varela recuerda que el colectivo profesional al que representa (agrupa a 2.600 abogados) es uno de los mayores damnificados por el hecho de que los juzgados estén distribuidos por toda la geografía de la ciudad. A pesar de ello, recuerda, no se han producido quejas importantes, ni siquiera cuando llegó la confirmación de que las salas de lo Contencioso-administrativo viajarían hasta Matogrande. Un abogado, al igual que los procuradores, es de todas las partes implicadas el que en mayor medida sufre las consecuencias de las dispersión. Un día cualquiera tienen que desplazarse de Matogrande a la calle capitán Juan Varela, donde se encuentra la Audiencia Provincial. De tener que ir posteriormente a Nuevos Juzgados, la calle Monforte y el edificio le quedarían al lado. Más lejos, sin embargo, está el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, si necesitara completar alguna gestión allí.