La decisión del Ayuntamiento de apostar por que los propietarios de los locales de copas del Orzán transformen sus establecimientos de ocio nocturno en otro tipo de negocio para facilitar la convivencia con los vecinos parece que no tendrá el éxito esperado desde María Pita. La Asociación de Empresarios de Hostelería de A Coruña destaca que nadie se ha personado en sus oficinas para consultar el programa de ayudas que tiene previsto poner en marcha el Concello y asegura que no tiene constancia de que ningún hostelero lo haya realizado por su cuenta. Para el presidente del colectivo, Héctor Cañete, los 4.000 euros que como máximo ofrece el Gobierno municipal por cambiar de actividad comercial son insuficientes, por lo que considera "ilógico" que los asociados se apunten a esta iniciativa.

"Ya somos todos mayorcitos, pero no tiene lógica ofrecer 4.000 euros para cambiar de negocio cuando las licencias de los pubs cuestan, como mínimo, 60.000 euros", sentenció ayer Cañete, quien tachó de "ridícula" y de "estar fuera de la realidad" la subvención que ofrece el Ayuntamiento para el cambio de actividad.

La asociación de hosteleros siempre ha defendido que la subvención municipal es insuficiente y tiene claro que el sector rechazará la propuesta. Héctor Cañete puso como ejemplo que ningún empresario se ha dirigido a la asociación para conocer las ayudas que se acordaron en María Pita.

La decisión del Ayuntamiento de declarar las calles de copas del Orzán como zona acústicamente saturada (ZAS) ha provocado el malestar del sector de la hostelería. Primero, el Concello desoyó las reclamaciones de la asociación y, en diciembre, la Junta de Gobierno Local aprobó un gasto de 120.000 euros para que los empresarios cierren los pubs.

Las ayudas a los hosteleros del Orzán -120.000 euros, cifra similar a la que aprobó a finales del año pasado y dirigida a los vecinos y a la reforma de las fachadas de sus casas para mejorar la insonorización- serán a fondo perdido y no podrán superar el 50% del coste de las obras, hasta un máximo de 4.000 euros, para transformar los locales de ocio nocturno en otro tipo de establecimiento que favorezca la convivencia con los vecinos. "Se trata de medidas que pretenden disminuir la concentración de locales de ocio en una zona donde la alta densidad de los mismos está ocasionando graves problemas de ruido", puntualizó el Ayuntamiento en respuesta a las alegaciones presentadas por los hosteleros.

El sector es partidario de que los 4.000 euros a los que, como máximo, pueden optar se destinen a aumentar la insonorización de los pubs porque esa cantidad es "irrisoria" para la apertura de un nuevo negocio y ocasionaría importantes pérdidas a los empresarios, sobre todo si se compara con lo que han tenido que pagar para conseguir una licencia: según Cañete, el precio mínimo pudo rondar los 60.000 euros -alrededor de diez millones de las antiguas pesetas-.

En diciembre, la Concejalía de Medio Ambiente abrió el plazo para que los vecinos del Orzán soliciten subvenciones para insonorizar sus casas, una medida que aplaudieron los residentes, aunque consideraron que la cuantía era insuficiente, y que es al margen de la otra línea de ayudas -los 120.000 euros aprobados en diciembre en Junta de Gobierno-, que se dirigirá a la hostelería. Los residentes que deseen acceder a las subvenciones municipales aún están a tiempo de solicitarlas. El plazo concluye el 14 de enero. En este caso, la subvención por piso no podrá superar el 25% del coste de la reforma, hasta un máximo de 2.000 euros, y se dedicará a la sustitución de ventanales y persianas, restauración de madera y a la instalación de doble carpintería. El Ayuntamiento destinó 120.000 euros a esta campaña.

La lucha de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña por conseguir que la propuesta del Ayuntamiento de prohibir la apertura de nuevos pubs en las zonas acústicas saturadas (ZAS) pasó del ámbito administrativo al judicial en enero de 2008. Hace dos años, los hosteleros llevaron al Concello ante los tribunales.

El sector se autoproclamó como "maldito" en María Pita cuando el Gobierno local desoyó todas y cada una de sus alegaciones a la declaración ZAS aprobada para 22 calles del Orzán. En realidad, la medida significó y significa que no se concederán más permisos para abrir nuevos establecimientos de ocio nocturno. Ante la negativa del Ayuntamiento a tener en cuenta las propuestas de los hosteleros, la asociación recurrió a la Justicia. En primer lugar, el sector argumentó en su denuncia que la norma era nula de pleno derecho porque no siguió el procedimiento que marca la Ley de Bases del Régimen Local, al aprobarse en Junta de Gobierno Local y no a través de una ordenanza que tendría que debatirse en pleno. Y en segundo lugar, porque el Ayuntamiento pretendió el fin de la actividad hostelera y nunca la reducción de los ruidos, argumento utilizado por el Concello para determinar que 22 calles del Orzán eran una zona acústicamente saturada: "Busca el cese de la actividad hostelera y no la reducción de los ruidos generados por las personas que se encuentran y consumen bebidas alcohólicas en la calle", afirmaron los hosteleros.

En el documento por el que se acordó en diciembre de 2007 la declaración ZAS, el Ayuntamiento también fijó ayudas para los propietarios que deseen instalar sistemas de aislamiento, una medida por la que sí apuesta el sector pero que el Concello no ha llevado a la práctica.