La Unesco decidió reconocer a la Torre de Hércules como patrimonio de la humanidad el pasado mes de junio tras una votación celebrada en Sevilla. La decisión se basó en buena medida en la propuesta elaborada por el Instituto de Estudios Torre de Hércules y en el dictamen del comité técnico desplazado hasta A Coruña para evaluar el estado del faro romano. Sin embargo, ni el documento redactado por la plataforma impulsora de la candidatura ni los integrantes de la delegación examinadora que viajaron hasta la ciudad conocían el proyecto para la construcción de seis edificios a quinientos metros del monumento, en San Amaro.

Tanto el presidente del instituto Torre, Segundo Pardo-Ciórraga, como una fuente oficial de Icomos, el organismo encargado de evaluar las candidaturas a patrimonio mundial en representación de la Unesco, confirmaron que la decisión adoptada el año pasado en la capital andaluza se tomó con el desconocimiento de esta actuación urbanística incluida en el plan general.

Para que la Torre de Hércules fuera reconocida finalmente como patrimonio de la humanidad tuvo que completar antes varias etapas. El presentar un informe con todos los datos y documentación necesaria para apoyar la candidatura del faro constituyó la primera etapa del camino, y aunque en la difusión del expediente colaboró la Consellería de Cultura de la anterior Xunta bipartita el grueso del trabajo recayó sobre el Instituto de Estudios Torre de Hércules, como recuerda Pardo-Ciórraga. Cuestionado sobre la existencia en el documento de alguna mención a los edificios para los que el plan general reserva un solar junto al acceso al polígono de Adormideras, el presidente del organismo asegura que esta actuación no estaba incluida: "De ninguna manera -negó Pardo-Ciórraga-. Incluso pedíamos, insinuábamos, que tenían que suprimirse las construcciones cercanas que hay a la Torre, como el pabellón polideportivo". No podía estarlo porque nadie tenía conocimiento de ella, lamenta Segundo Pardo.

La versión del instituto Torre sobre el contenido de la propuesta coincide plenamente con la del equipo técnico encargado de revisar el documento y encargado también de evaluar sobre el terreno el estado del monumento. Desde el comité español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (Icomos) indicaron ayer que no tienen constancia de que el desarrollo urbanístico previsto en San Amaro estuviera incluido en el expediente que les enviaron. Nadie tampoco, añadieron, les comunicó de cualquier otro modo la actuación incluida en la versión del plan general aprobada inicialmente por el pleno municipal el pasado 1 de diciembre, y que ya aparece en el vigente Plan General de Ordenación Municipal.

La que sí aparecía delimitada en el expediente redactado para la candidatura es la conocida como zona de amortiguamiento, un área de protección dibujada en torno al monumento para protegerlo de manera especial a raíz de su declaración como patrimonio mundial. Para optar a la distinción de la Unesco, la candidatura tenía que cumplir con esta clase de requisitos previos que asegurasen la correcta gestión del título en caso de que se concediera, como finalmente se produjo.

Esta zona de amortiguamiento, que tanto el Instituto de Estudios Torre de Hércules como el comité español de Icomos reconocen que se encontraba perfectamente delimitada en la propuesta, fue incorporada posteriormente al Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) tal y como aparecía en el expediente de la candidatura.

Pero el documento urbanístico incumple sus propias recomendaciones en lo que se refiere al monumento patrimonio de la humanidad. A pesar de que delimita una zona adicional de protección para el faro, tal y como establece la Unesco, proyecta en su interior la construcción de bloques de viviendas de hasta siete pisos. No han faltado durante los últimos días las voces contrarias a este proyecto, empezando por la del presidente del instituto Torre y continuando por la del grupo municipal del BNG. Pese a que el alcalde, Javier Losada, manifestó que la actuación urbanística no perjudicará a la Torre, el concejal de Vivienda y Rehabilitación Urbana, Mario López Rico, no ocultó su inquietud por las consecuencias que los edificios previstos en San Amaro podrían tener sobre el faro romano.

En primer lugar, y tal y como adelantó el pasado viernes Segundo Pardo-Ciórraga, el Ayuntamiento podría recibir una advertencia en cuanto la Unesco tenga conocimiento oficial de que se han incumplido las condiciones que impone la declaración del monumento como patrimonio de la humanidad, según reconocieron ayer fuentes de Icomos. Pero lo más grave es que el hecho de que se vulnere la zona de amortiguamiento fijada en el plan general podría derivar en la retirada de la distinción.

Para este tipo de casos, explican desde el comité español de Icomos, primero se cataloga el monumento como "bien en peligro". Esto es precisamente una forma de avisar a las administraciones con respecto a la posible pérdida del reconocimiento. La parte positiva del apercibimiento es que "tiene arreglo".

En el caso de la Torre, de acuerdo a los portavoces del organismo vinculado a la Unesco, ayuda que el elemento que ha ocasionado todo el problema no tiene todavía carácter definitivo. El hecho de que el plan general se encuentre en tramitación y en proceso de exposición pública es un beneficio, de acuerdo a Icomos. También lo es que todavía se puedan presentar alegaciones al documento urbanístico y que alguno de estos recursos vayan dirigidos a esta cuestión. El comité español de la entidad consultiva de la Unesco, no obstante, confía en la "buena fe" del Ayuntamiento para que la urbanización no perjudique a la Torre de Hércules.