La ampliación del proyecto de la escuela infantil municipal de Mesoiro en un 63,5% durante la fase de construcción no fue suficiente para las empresas que se encargaron de esta actuación, ya que a su conclusión recibieron del Ayuntamiento 69.427 euros más debido a las "variaciones producidas en el número de unidades de obra", según se detalla en la memoria de certificación final. El coste final del edificio fue así de 1.627.042 euros, un 70,8% superior al previsto.

El presupuesto inicial de esta guardería, inaugurada en septiembre de 2009, fue de 952.251 euros, con el que el proyecto fue adjudicado a la unión temporal de empresas formada por dos constructoras, que presentaron una oferta que reducía en un 11% el precio de licitación. Las obras comenzaron en enero de 2008 y el Gobierno local fijó su conclusión en septiembre de ese año, aunque el centro no abrió hasta el siguiente curso escolar.

Cuatro meses más tarde de la fecha prevista para la apertura de la escuela, las obras se paralizaron por la aparición de problemas constructivos que afectaron a las cimentaciones. "No siempre los datos técnicos son fiables al cien por cien. Se desconocía la profundidad del pilotaje", explicaron responsables de las firmas que ejecutaron las obras, quienes además calificaron de "habitual" la aparición de errores de cálculo en los sondeos de profundidad realizados "en laderas de montaña".

El problema mantuvo los trabajos interrumpidos durante cuatro meses, ya que el Ayuntamiento decidió sustituir al director de las obras y fue necesario elaborar y aprobar un proyecto reformado, en el que se destinaron 605.364 euros a la conclusión de la escuela, para la que se amplió en seis meses el plazo de ejecución.

El Concello manifestó en febrero de 2009 que el aumento del presupuesto había sido de 300.000 euros, pese a que la Junta de Gobierno Local ya había aprobado una cantidad que duplicaba esa cifra el 19 de diciembre de 2008.

La mayor parte de los nuevos fondos fueron destinados a reforzar la estructura del edificio de la guardería, ya que a los 101.000 euros presupuestados inicialmente fue necesario añadir 243.000 euros. También la cimentación de la escuela recibió un sustancial aumento de recursos, puesto que a los 115.000 euros dotados en el proyecto inicial se le sumaron 261.000 tras el descubrimiento del fallo en las obras.

El importante incremento que generó en el presupuesto la reforma necesaria para la corrección de la cimentación fue respaldado por el informe del interventor municipal, quien no obstante advirtió de que deberían tomarse "las medidas oportunas que impidan modificaciones de los proyectos que puedan desvirtuar el proceso de contratación inicial de la obra.

La intranquilidad generada en Novo Mesoiro por la paralización del proyecto llevó al colectivo vecinal del barrio -uno de los de mayor población infantil de la ciudad- a solicitar la intervención de la Xunta, entonces gobernada por PSOE y BNG.

La delegada de la Vicepresidencia de Igualdade e Benestar, Tareixa Novo, ofreció al Ayuntamiento la posibilidad de que la administración autonómica se hiciese cargo de la conclusión de la guardería, que en ese caso pasaría a ser gestionada por el Gobierno gallego y se convertiría en una galescola.

El concejal de Educación, Carlos González-Garcés, rechazó el ofrecimiento de la Xunta y aseguró que los trabajos concluirían a tiempo para que la escuela infantil admitiese alumnos en septiembre de 2009, como finalmente ocurrió.

La demora de un año con la que abrió la guardería no hizo más que incrementar la demanda de plazas para este tipo de instalaciones, ya que cuando se cerró el primer plazo de admisión de solicitudes, éstas duplicaban el número de puestos disponible en el centro.

La instalación fue construida con capacidad para 82 niños, pero su estructura hace posible su ampliación hasta poder albergar a 123 pequeños. La necesidad de nuevas plazas hizo que ya en la apertura de la escuela el colectivo vecinal de Novo Mesoiro reclamase que se ampliase de inmediato, aunque por el momento el Ayuntamiento no prevé realizar esta iniciativa.

Un problema parecido al de esta guardería sucedió con la que la Xunta construye en Eirís, ya que la conselleira de Traballo e Benestar colocó la primera piedra del edificio el pasado 2 de noviembre pero las obras no comenzaron hasta el 1 de febrero, ya que fue necesario modificar el proyecto, que no se ajustaba a la realidad del terreno. La variación no hizo preciso altera el presupuesto, aunque motivó el retraso en la apertura desde septiembre hasta diciembre.