Un hombre ha sido condenado a un año y tres meses de prisión y al pago de una multa de 120 euros y de una indemnización de 300 euros por haber mordido a la dependienta de un supermercado que lo sorprendió mientras trataba de robar unos chorizos.

El juez considera probado que el acusado penetró en el establecimiento con el propósito de obtener un beneficio ilícito, ya que se apoderó de unos chorizos. El procesado, según consta en el documento de la sentencia, cogió el chorizo, ya cortado, y, cuando intentó llevárselo del local fue sorprendido por la empleada del supermercado.

La dependienta intentó evitar que el condenado lograra su propósito y el acusado se defendió mordiéndola en un brazo, una acción gracias a la cual logró escapar del lugar.

El juez precisa en el relato de los hechos probados que la empleada del supermercado sufrió a causa de este ataque una contusión de la que tardó en recuperarse un total de cinco días, durante los cuales no estuvo incapacitada para desempeñar sus tareas.

La pena de un año y tres meses de prisión corresponde al delito de robo con violencia y la multa resulta de la suma de una falta de lesiones y de una falta intentada de hurto. Además de la indemnización para compensar a la víctima por las lesiones que le ocasionó al morderla, el procesado deberá indemnizar también al supermercado.