La suspensión del tranvía por razones de seguridad no acaba de convencer a los anteriores miembros del Gobierno local. La exconcejala de Movilidad, la socialista Yoya Neira, negó ayer la existencia de un informe municipal que informara del "grave peligro de descarrilamiento". Admite que los raíles situados delante del edificio de Hacienda, en el paseo marítimo, componen un punto "complejo" del recorrido y defiende que ya se realizaron en el mandato anterior varios arreglos. "Requería una serie de reparaciones puntuales y se circulaba a menor velocidad", expuso Neira, que defendió que no se hubiera mantenido el servicio en activo "en contra del criterio de los técnicos".

Las palabras de la concejala socialista no hicieron más que reafirmar al Gobierno local en su decisión de parar los tranvías y suscitar las críticas hacia ella. El alcalde, Carlos Negreira, le acusó de estar "muy alejada de la realidad" y, aunque dijo preferir mirar al futuro en vez de al pasado, espetó: "Esto viene desde hace tiempo". El primer teniente de alcalde, Julio Flores, reiteró que la anterior responsable municipal conocía las deficiencias del servicio y denuncia que no consideró "urgente" solucionar el problema. "La reparación no estaba prevista hasta el próximo mes de octubre", reprochó.

Flores reconoce que fue el descarrilamiento de un vehículo el domingo pasado lo que propició la elaboración de un informe en el que se informaba de la rotura de los raíles en este tramo del paseo hacía dos años y admite que fue este documento el que propició la suspensión del servicio. Ambos responsables del Ejecutivo municipal avanzaron ayer que se solicitará otro estudio del estudio del vial "al completo" y también que detalle los motivos de los daños. Una vez recibido, explica el primer teniente de alcalde, "se tomarán las medidas necesarias para reparar los desperfectos y garantizar la seguridad".

Los otros dos grupos de la oposición, BNG y EU, se mostraron de acuerdo en pedir al Gobierno local que aproveche la situación de parálisis del tranvía para plantearse su futuro. El portavoz nacionalista, Xosé Manuel Carril, está de acuerdo con que se interrumpa la circulación de vehículos "para evitar males mayores o riesgos" y pide reflexión para evaluar la situación del transporte público en la ciudad. "Este servicio no es una alternativa", advirtió, pero cree que la infraestructura, los raíles que recorren el paseo marítimo, sí que se pueden utilizar para un tren de cercanías que conecte con la comarca. Un transporte "último, cómodo y funcional" podría ser la alternativa al tranvía meramente turístico que operaba hasta ahora.

El portavoz de Esquerda Unida, César Santiso, también cree que es el momento adecuado para "transformar una línea turística deficitaria e ineficiente en un transporte colectivo de calidad". El concejal apuesta por la conexión de los dos "vértices" de la ciudad a través de unos vehículos que supongan una alternativa a la movilidad de los vecinos de forma "eficaz, rápida y cómoda".

Santiso recuerda que, además, no tendría que realizarse una gran inversión porque se podría "reutilizar" la mayor parte de las instalaciones actuales. Cree prudente la suspensión del servicio.