La primera jornada de la campaña de marisqueo en O Burgo quedó frustrada por 37.000 litros de queroseno que llegaron a la ría procedentes de un camión cisterna estacionado en una gasolinera de la autopista. Un individuo, cuyos pies fueron grabados por la cámara del área de servicio, abrió las válvulas. El vertido, que las fuerzas de seguridad atribuyen a un intento de robo o a un sabotaje, no solo provocó que las aguas de O Burgo quedaran cerradas al marisqueo y que los que habían salido a faenar tuvieran que devolver al mar todo lo que habían recogido. El derrame amenaza con poner punto y final a toda la campaña de marisqueo de este año en la ría, en la que estaba previsto que trabajaran más de 130 personas. Era la primera campaña tras cuatro años de inactividad en la zona cerrada.

El suceso que originó el vertido en la ría ocurrió alrededor de la una de la madrugada, aunque las autoridades y los cuerpos de seguridad no conocieron los hechos hasta pasadas las ocho de la mañana. Este espacio de tiempo hizo que parte del combustible llegado a la zona de la ría ubicada en el puente de O Burgo, que conecta los municipios de Culleredo y Cambre a través del regato de Pelamios, alcanzara incluso las aguas de A Pasaxe. Fuentes de Protección Civil y de las fuerzas de seguridad informaron de que el queroseno avanzó por la red de pluviales antes de llegar al cauce fluvial y, posteriormente, a la ría.

Fue el conductor del camión, perteneciente a una empresa sevillana, quien dio la voz de alarma al comprobar que su vehículo tenía una fuga y el que primero mencionó un sabotaje como causa probable del suceso. Agentes de la Guardia Civil adscritos al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), policías autonómicos y de los municipios bañados por la ría, miembros de Protección Civil, personal de Guardacostas, bomberos, técnicos portuarios e integrantes de Salvamento Marítimo colaboraron en un dispositivo cuyo principal objetivo fue contener los litros de queroseno que permanecían concentrados en la zona de la ría del puente y que constituían la mayoría del vertido. Un helicóptero de Salvamento Marítimo se sumó al equipo para hacer un reconocimiento de la zona y calibrar las proporciones del vertido.

Operarios de la Capitanía Marítima especializados en intervenciones de este tipo colocaron una barrera especialmente diseñada para absorber combustibles en el punto exacto por el que el queroseno derramado accedió a la ría. Más tarde, miembros de Salvamento Marítimo fijaron otra barrera, que llegó a la zona procedente de Ferrol, a lo largo de todo el puente, de forma que todos los arcos de la estructura quedaron tapados. La primera de las barreras, la colocada en el punto donde se inició el vertido a la ría, se complementó con una serie de láminas, también absorbentes y del tamaño de un folio.

Los bomberos del parque comarcal de Arteixo fueron los encargados de intentar controlar el vertido en el cauce fluvial a través del que llegó a la ría. Para ello, llevaron al lugar con una grúa 2.000 kilos de un carbón especial capaz de absorber agentes contaminantes como el queroseno. Los anti incendios fueron relevados por la tarde por operarios de una empresa privada contratada por la compañía a la que pertenece el camión cuyas válvulas fueron abiertas.

Los expertos en el control de vertidos que participaron en las tareas de contención del agente contaminante coincidieron al señalar que la situación, a pesar de ser grave, podría haber sido mucho más difícil de combatir de haber sido el combustible llegado a las aguas de O Burgo gasolina o gasoil en lugar de queroseno.

Los especialistas apuntaron que el queroseno es un combustible muy volátil y que, por tanto, se evapora con mayor facilidad y rapidez que otros productos obtenidos por la destilación del petróleo. Esta circunstancia no impidió que cualquiera que mirara a las aguas de la zona más afectada, sobre todo en las proximidades del puente, percibiera una mancha flotante sobre la que la luz se reflejaba como sobre los restos de gasolina que en ocasiones quedan en la carretera tras un accidente.

El vertido provocó que se cerrara la ría al marisqueo y que los que habían salido a faenar tuvieran que devolver todo lo que habían recogido en la jornada inaugural de la temporada. Las consecuencias reales del vertido sobre la ría y el tiempo durante el que los mariscadores tendrán prohibido trabajar no se conocerá hasta dentro de una semana, tiempo marcado por la Consellería do Mar para realizar los pertinentes análisis y para obtener los resultados que establezcan el nivel de contaminación.

"Decir que la ría estará cerrada toda la temporada es adelantar acontecimientos. La próxima semana empezaremos a hacer las analíticas y, después, tardaremos una semana en obtener los resultados", explicó la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que estaba acompañada por la directora del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar), Covadonga Salgado.

Los representantes de los mariscadores son pesimistas y temen que el vertido de queroseno haya mandado al traste los planes de más de un centenar de familias que dependen de los productos de la ría para subsistir. El presidente de la Cofradía de Mariscadores de a Pie, Manuel Baldomir, aunque reconoció que "es pronto" para conocer los efectos reales del vertido, asegura que los 37.000 litros de queroseno llegados a la ría "ponen en peligro" los ingresos del colectivo al que representa.

También está preocupado por el futuro de la ría en esta campaña el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, Manuel Cao, que prevé "una mortandad importante" de moluscos a causa del vertido. "Las pérdidas están garantizadas y, cuando baje la marea, todo el marisco de la zona afectada se va a morir", explicó Cao, que reclamó que las fuerzas de seguridad encuentren al individuo que provocó el suceso al abrir las válvulas del camión y lo lleven ante la Justicia.

Los mariscadores habían empezado a trabajar alrededor de las ocho de la mañana y fue a las 11.00 horas, cuando conocieron la resolución de la Consellería do Mar que les prohibía faenar en la ría.

Sobre lo ocurrido en el área de servicio, los agentes policiales investigan dos hipótesis: la de que se trate de un robo perpetrado por un ladrón que, al comprobar que lo que transportaba el camión era queroseno y no gasolina, abandonó el lugar dejando las válvulas abiertas y la de que los hechos constituyan un sabotaje de alguien interesado en que la campaña marisquera en la ría quedara frustrada desde sus mismos inicios.

"Hay que averiguar si se trata de un sabotaje. Los indicios son los que son, pero hay que ver las cámaras y, a partir de ahí, hacer las investigaciones", comentó el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, que visitó la zona del vertido con otros políticos autonómicos y municipales y con los responsables de la Delegación y de la Subdelegación del Gobierno.

El subedelegado del Gobierno, Manuel Pose Mesura, precisó que las imágenes de la cámara del área de servicio que captó los pies del individuo que abrió las válvulas del camión no serán las únicas que analicen los agentes policiales, pues también deberán tener en cuenta las grabaciones de los dispositivos instalados en diferentes puntos de la autopista, con los que podrían saber quiénes pudieron dirigirse a la gasolinera en el momento en que ocurrieron los hechos.

El alcalde de A Coruña, Carlos Negreira; el de Cambre, Manuel Rivas Caridad; y el de Culleredo, Julio Sacristán visitaron O Burgo para ofrecer su colaboración a la administración autonómica y para solidarizarse con los mariscadores que ven peligrar su trabajo para la presente campaña. También acudieron a la zona de la ría afectada por el vertido de queroseno el presidente de la Diputación, Diego Calvo, y el delegado del Gobierno, Miguel Cortizo.