El juicio por la muerte del niño del Liceo se celebrará en enero

La magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 había emitido el 4 de octubre del pasado año el auto en que daba por finalizadas las diligencias de investigación y solicitaba al Ministerio público y al abogado que ejerce la acusación particular, José Luis Gutiérrez Aranguren, que formulasen sus escritos de acusación sobre los hechos. La Fiscalía, que solicita para los acusados penas de entre tres y cuatro años de prisión, no había imputado al jefe de estudios, que está procesado porque la juez instructora estimó la solicitud del letrado de la familia, que sí considera que tiene responsabilidades en la muerte del pequeño.

El Ministerio público expone en su escrito de acusación que la profesora habitual de la clase de natación del curso al que pertenecía Diego Novo no acudió a clase el día en que ocurrieron los hechos porque tenía una cita con el médico, motivo por el que se hicieron cargo del grupo el socorrista de la piscina y otra monitora del colegio que, según el fiscal, "no pusieron en conocimiento de su superior jerárquico, el coordinador de actividades deportivas, el hecho y las circunstancias de la sustitución", incumpliendo así la normativa que rige en el colegio.

La Fiscalía relata en su escrito que, a las 10.26 horas del día en que ocurrieron los hechos, una de las profesoras de apoyo que acudía a la piscina para ayudar a los niños a vestirse vio al pequeño en el vestuario. La ayudante, siempre según el informe del Ministerio público, no acompañó al niño porque pensaba que la monitora o el socorrista lo estarían esperando en la puerta de acceso a la piscina, algo que no ocurrió y que es el motivo por el que el representante del Ministerio público considera que ambos eludieron sus responsabilidades.

"Como consecuencia de la falta de vigilancia de los dos adultos, el niño regresó a la zona de la piscina sin que ninguno de ellos se hubiera percatado de su ausencia y sin que haya podido determinarse la forma ni el momento exacto en que entró al agua", expone el fiscal.

Tanto el socorrista como la monitora, siempre según el relato de Fiscalía, se percataron de la presencia del niño en el agua más de diez minutos después de que la profesora de apoyo, la última que lo había visto, le mandara ponerse las chanclas. Ambos intentaron reanimarlo y avisaron los servicios de urgencias, que, a pesar de atenderlo durante 50 minutos, nada pudieron hacer para evitar el fallecimiento.

El Ministerio público solicita para la monitora y el socorrista una condena de cuatro años de cárcel, mientras que, para los responsables del centro -el coordinador de la piscina, el jefe de estudios y los dos propietarios del colegio-, propone penas de tres años de cárcel, por considerar que permitieron que se "relajasen" las medidas de seguridad de la piscina.

Defensa

Los propietarios del colegio Liceo la Paz, el director técnico y el jefe de estudios atribuyen la muerte de Diego Novo a "un posible error involuntario de los encargados de la ejecución material de la actividad" y alegan, en su defensa, que el accidente no se puede achacar, como hacen Fiscalía y acusación particular, "a la falta de previsión o preocupación de los directivos del centro".

"Lamentablemente, parece haber ocurrido algo muy simple: una concatenación de circunstancias desafortunadas que dieron lugar a un fatal desenlace que todos lamentamos profundamente", señala el abogado que defiende los responsables del colegio, que asegura que ninguno de ellos cometió irregularidades en sus funciones.

El abogado del socorrista alega que éste carece de "responsabilidad" en el accidente, aunque la monitora afirma que era él quien estaba a cargo del grupo.