Un organismo perteneciente a la Comisión Europea financia su investigación sobre la aplicación de los cálculos matemáticos al estudio de los tumores cancerígenos y, ahora, ese trabajo le ha hecho merecedor del premio Juan Carlos Simó, galardón que concede la Sociedad Española de Métodos Numéricos e Ingeniería. Héctor Gómez, profesor de Ingeniería de Caminos en la Universidade da Coruña, agradece el reconocimiento y dice estar convencido de que, en el futuro, las matemáticas ayudarán a los médicos a predecir la evolución de algunos pacientes.

-La Comisión Europea decidió financiar su proyecto a mediados del pasado año. ¿Qué progresos han hecho usted y su equipo desde entonces?

-Se supo que la Comisión Europea financiaría el proyecto hace siete meses, pero, por temas burocráticos, no hemos empezado a trabajar hasta el 1 de octubre. En tres meses, resultados de la investigación, obviamente, aún no hay. Lo que he hecho es empezar a formar el equipo y ponerlo en marcha. He contratado ya a cuatro personas.

-¿Qué trabajos tienen previsto completar a corto plazo?

-El día a día es complejo. El campo de la Ingeniería Biomédica, aunque para mí no es nuevo, sí lo es para quienes se están incorporando, porque, en España, todavía no existe esa titulación. He contratado a ingenieros tradicionales, como los industriales y los de caminos, que necesitan formación en temas biológicos y médicos. Por ahora, lo que están haciendo, es formarse en esos aspectos. Mi día a día es algo más complejo, porque tengo que encontrar gente que quiera incorporarse, hablar con investigadores extranjeros, estar al día de lo que pasa y hacer mis propias investigaciones.

-¿Dónde se desarrollarán las investigaciones?

-La sede es la Escuela de Caminos y, por tanto, es allí donde se desarrollará la mayor parte de la investigación. También colaboraremos con gente que se encuentra en Estados Unidos y con el Hospital Universitario de A Coruña, que me ha brindado su ayuda.

-¿Necesitará disponer de pacientes de cáncer para completar el proyecto?

-Nosotros no vamos a trabajar con pacientes. Con lo que sí vamos a trabajar es con datos de pacientes anónimos. Pediremos al hospital los datos de determinados tipos de pacientes, como imágenes de resonancias magnéticas o resultados de otro tipo de pruebas, para poder estudiarlos.

-¿Qué grado de fiabilidad cree que pueden llegar a tener las matemáticas en la predicción de la evolución de los tumores?

-Queda mucho camino por andar, porque se ha empezado muy recientemente a aplicar las matemáticas a la medicina y a la biología, y es muy difícil de predecir. ¿Quién podría haber afirmado hace cien años que iba a ser posible predecir el tiempo meteorológico de un día para otro y de forma casi completamente exacta? Con esto ocurre exactamente lo mismo. Es muy difícil saberlo. A veces, los científicos esperan durante mucho tiempo un avance en un campo y, algo que ocurre en otro campo, permite que llegue ese avance y revoluciona el mundo.

-Pero usted habrá iniciado esta investigación por estar convencido de que sí pueden tener fiabilidad.

-Yo estoy totalmente convencido de que las matemáticas pueden predecir la evolución del cáncer. Otra cuestión es la de cuánto tiempo pasará hasta que eso ocurra.

-¿Qué supone para usted el haber sido premiado como el mejor investigador joven de España en el ámbito de los métodos numéricos y la ingeniería?

-A los premios no hay que darlas mucha importancia, porque nadie trabaja para recibirlos. Cuando llegan, hay que agradecerlos mucho, pero tampoco darles mucho importancia. Para mí, este premio fue una sorpresa, porque me presentó a él un amigo y compañero. No me lo esperaba.

-Algunos investigadores españoles se quejan de las repercusiones de los recortes económicos sobre sus trabajos. ¿Es cada vez más difícil dedicarse a la investigación en España?

-Yo creo que la investigación lo está pasando mal en España, aunque, como estábamos ya acostumbrados a pasarlo muy mal, no hay grandes diferencias. La realidad es que, con fondos españoles, no se puede realizar investigación de calidad. Ni se podía antes, ni se puede ahora. Quien quiera realizar una investigación de calidad, tiene que buscar fondos fuera. Incluso con el dinero que había antes y tal y como se repartía, era imposible realizar investigación de calidad.